La encefalitis es una inflamación del cerebro que puede ser causada por diversas razones y que puede conducir en un coma o la muerte si no se trata adecuadamente
La encefalitis es una inflamación del cerebro que puede ser causada por diversas razones, como infecciones virales o bacterianas. Este trastorno es grave y puede afectar al sistema nervioso central, provocando síntomas que van desde fiebre y dolor de cabeza hasta alteraciones en la consciencia, convulsiones e incluso daño cerebral irreversible. La encefalitis también puede ser resultado de una reacción autoinmune, aunque en la mayoría de los casos es provocada por un virus, según explica a SALAMANCArtv AL DÍA la doctora Marina Polo Martín, neuróloga del Hospital de Salamanca. Esta condición puede ser mortal o dejar secuelas permanentes dependiendo de su gravedad y el tratamiento recibido.
La encefalitis viral es la forma más común de la enfermedad. Los virus más frecuentes que la causan son el Virus del Herpes Simple (VHS), la causa más común de encefalitis viral en adultos y niños mayores; arbovirus, los mosquitos pueden transmitir virus como el de la encefalitis japonesa o el virus del Nilo Occidental; enterovirus, este tipo de virus es frecuente en la primavera y el verano, y puede causar encefalitis en niños; o el virus de la rabia, la encefalitis rábica es casi siempre fatal si no se trata rápidamente. Aunque menos frecuentes que las virales, algunas infecciones bacterianas pueden también provocar encefalitis, como las causadas por Neisseria meningitidis o Listeria monocytogenes.
En algunos casos, el sistema inmunológico ataca por error al cerebro, provocando inflamación. Esto puede ser desencadenado por infecciones previas o incluso por algunos tipos de cáncer. En raras ocasiones, la encefalitis puede ser provocada por parásitos o hongos, especialmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Los síntomas de la encefalitis pueden variar en función de la causa, pero generalmente incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, confusión, convulsiones, déficits neurológicos (dificultad para hablar, moverse o recordar cosas), alteraciones en el comportamiento (cambios bruscos de personalidad, irritabilidad o depresión). En los casos más graves la encefalitis puede llevar al coma o incluso a la muerte si no se trata adecuadamente.
El diagnóstico temprano es crucial para evitar complicaciones graves. Para el diagnóstico se pueden realizar análisis de sangre, de líquido cefalorraquídeo (obtenido mediante una punción lumbar) o cultivos virales. La resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC) pueden ser necesarias para observar la inflamación en el cerebro.
En lo respectivo al tratamiento, éste dependerá de la causa subyacente de la encefalitis. Si la causa es un virus, los medicamentos antivirales pueden ser eficaces, especialmente si se administran de forma temprana en el caso del herpes simple. En los casos causados por bacterias o hongos, se utilizarán antibióticos o medicamentos antifúngicos. Sin embargo, si la encefalitis es autoinmune los esteroides pueden ayudar a reducir la inflamación.
El pronóstico de la encefalitis depende de varios factores, incluyendo la causa, la rapidez con que se inicie el tratamiento y la salud general del paciente. Algunos pacientes se recuperan completamente, mientras que otros pueden sufrir secuelas como problemas de memoria, dificultades para moverse, trastornos psicológicos o epilepsia. En cuanto a la prevención, existen vacunas que protegen contra ciertos tipos de encefalitis viral, como la encefalitis japonesa o el virus del Nilo Occidental. Es fundamental también tomar precauciones para evitar las picaduras de mosquitos, especialmente en áreas donde se sabe que los arbovirus son prevalentes. Además, mantener una buena higiene y tomar medidas para evitar infecciones virales, como el herpes, también es importante.