Las humedades de los bajos de edificios, el mantenimiento y arreglo de las zonas verdes, el intenso tráfico y el bus urbano son algunos de los problemas del barrio
Aunque la mayoría de la gente del barrio Ciudad Jardín, como ocurre en todos los sitios, se implica poco, en la asociación de vecinos Ciujar “somos muy peleones; estamos metidos en todos los lados, en los consejos de zona con un programa que además lo han premiado en la Junta de Castilla con Garrido contigo; colaboramos con ellos y con otras asociaciones, con el centro de salud, con Asprodes, con Cáritas, con Salamanca Acoge, con Navega”, etc., cuentan Fernando, Mari Paz y Agustina.
Realizan muchas actividades y son muy reivindicativos, pero “dentro de lo que se puede, porque movilizar gente no es tan fácil”, afirma Fernando García, presidente de Ciujar. La gente se implica poco y “eso nos perjudica, porque sí nos atienden en algún sentido, pero sin prisa”. Y es que no es lo mismo que reivindiquen todos los vecinos que solo unos pocos.
Entre los principales problemas del barrio, alude a las residencias universitarias, aunque “no sé si es un problema, pero han cambiado un poco el estilo de gente”. Y es que en Ciudad Jardín se mezclan los vecinos de toda la vida con los estudiantes de las facultades de Bellas Artes y Psicología y los residentes de la zona más nueva, la de San Agustín.
Uno de los asuntos que quieren mover es el de los autobuses. Ciudad Jardín solamente tiene una línea, la 5, que les acerca algo al centro. Pero consideran que no es suficiente, porque “no quieren que se use el coche, quitan zonas de aparcamiento, se paga por aparcar, no se encuentra sitio, pero tenemos que utilizar el coche porque no hay autobuses”.
Sobre el bus urbano, otra queja, que afecta a todos los barrios: la del horario en el que se termina el servicio diurno. “Las 10:45 horas es muy pronto, no lo entiendo y luego dicen que no usemos el coche, pero venir andando sola por la noche…”, afirma Mari Paz.
Entre las necesidades del barrio, Fernando García señala que “estamos detrás de que El Ayuntamiento nos urbanice las calles y corrija, hasta donde se pueda, las humedades de los bajos de los edificios, porque ese es el problema de tipo urbano o de habitabilidad que condiciona el paso siguiente que se quiere dar, que es hacer una reforma para ahorrar energía. Estamos en eso, en que antes de hacerlo, habría que urbanizar el barrio, de tal manera que esas humedades, que llevan produciéndose siempre, se pudieran corregir de algún modo”.
“Dicen que sí que lo van a hacer, que el proyecto está y que se va a hacer, pero hay voces que te dicen que el tema de las humedades no tiene que ver nada con la mejora energética; a nuestra manera de ver, claro que tiene que ver, porque no se puede poner un aislamiento térmico si no has solucionado la humedad. Llevamos unos años y no vemos un movimiento eficaz”, afirma.
Uno de los aspectos que sí se va a modificar y beneficia a los vecinos, aunque “a los que viven al lado les va perjudicar, es que van a abrir una calle nueva, porque ahora mismo el barrio lo están utilizando como si fuera una rotonda. Hay gente, que sale de los polígonos que tiene que ir a Villares, se meten y hacen la vuelta aquí en el barrio, por lo que las calles tienen un tráfico de coches que no es normal”. Se hará esa calle y “se evitarán las molestias a lo que es el núcleo del barrio, pero gente que nunca las ha tenido, las va a tener, por lo que estamos intentando que, de algún modo, los ruidos que pueda producir eso se aminoren” y, por supuesto, que “se urbanice bien esa calle, que no repitamos las mismas historias de siempre, que si tienen que hacer algún sistema de filtrado o decantación del agua que lo hagan”.
Ciudad Jardín sí cuenta con muchos jardines y zonas verdes pequeñas; era la idea urbanística proyectada. “Queremos que mantengan los jardines y que los arreglen de modo que sus aguas no repercutan en las viviendas”, afirma García.
Son jardines “para mirar y nosotros desde la asociación lo que pensamos es que queremos jardines para estar en ellos. Porque hay un seto que te impide entrar o todo es hierba, que a lo mejor no es necesaria. No voy a entrar en eso, porque hay técnicos para ello, pero la idea es que el jardín está para sentarse en él, no para mirarlo de fuera” y “vamos a hacer que las aguas no se filtren”.
En este sentido, hace referencia a que a algunos vecinos “cuando riegan el jardín, en su casa inmediatamente sube la humedad. Entonces, hay algo que está mal hecho; pero si arreglarlo es quitar el jardín, no estamos de acuerdo. Queremos el jardín, pero ese agua que no vaya a la vivienda. No sé cómo se hace, eso lo saben los técnicos, pero habrá algo con los que se pueda paliar”, concluye.