Miércoles, 22 de enero de 2025
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Rescatan las hogueras de júmbrio en Hinojosa de Duero por San Sebastián
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TRADICIÓN PERDIDA EN LA DÉCADA DE LOS 50

Rescatan las hogueras de júmbrio en Hinojosa de Duero por San Sebastián

Actualizado 22/01/2025 09:07

Un grupo de jóvenes, impulsados bajo el entusiasmo de Miguel Galante, encendían el domingo una gran hoguera con la esperanza de recuperar esta fiesta de origen religioso

Probablemente, muchos vecinos de Hinojosa de Duero, metidos ya en años, revivían con nostalgia el pasado domingo, a la salida de misa, lo que fue en esta villa la celebración de San Sebastián, fiesta en la que el humo purificador de las hogueras de júmbrio (enebro) invadía cada barrio y cada casa en esa señalada fecha, poniendo también luz a las frías noches del 20 de enero.

Uno de esos nostálgicos de lo vivido en su niñez o que oyó contar alguna vez, cuando las grandes hogueras iluminaban con sus llamaradas las calles al paso del Santo, es Miguel Galante, una tradición –recuerda- que ‘pasó a mejor vida’ en Hinojosa a finales de la década de los 50 del siglo pasado, según los vecinos de la época por “alguna desavenencia o conflicto y que el cura de entonces decidió suprimir”.

Como señala Galante, la fiesta de San Sebastián en Hinojosa se vivía como aún se hace en Sobradillo o La Fregeneda, con hogueras en los cruces de las calles y que se encendían al paso de la procesión con San Sebastián, “desde la ermita a la iglesia”.

Ahora, en recuerdo a aquellas celebraciones y con la esperanza de que Hinojosa vuelva a recuperar esta tradición perdida, el pasado sábado, un grupo de jóvenes, bajo el entusiasmo de Miguel Galante, procedían a cortar unas ramas de júmbrio en el monte para al día siguiente quemarlos en una hoguera en memoria de aquella fiesta religiosa, hoy laica; una condición -la religiosa- que su impulsor no descarta recupere en futuras ediciones.

Colocadas las ramas en la mitad del pueblo, sobre las dos de la tarde del domingo encendían la llama y lograban que el humo de la hoguera se esparciera por todas las calles, a la vez que embriagaba a los fieles que abandonaban la iglesia a la salida de misa, un momento lleno de magia y recuerdos para los más mayores.