Los Amigos de la Ilusión le habían preparado a cada Mago una carroza con forma de caja de regalo de la que emergía una mariposa gigante
Con unas condiciones meteorológicas muy adversas, pero Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente lograron llevar a cabo en la tarde del domingo su esperada Cabalgata por las calles de Ciudad Rodrigo, bajo la organización de los Amigos de la Ilusión y con la colaboración del Ayuntamiento mirobrigense y numerosas casas comerciales.
Después de que, tal y como anunciaban las previsiones, la jornada del domingo estuviese lluviosa en Ciudad Rodrigo desde primera hora de la mañana, pareció que el cielo quería dar una tregua sobre las 17.00 horas (llegó a clarear bastante), pero al rato ya se volvió a poner muy oscuro, chispeando de nuevo.
Pese a que había varias alternativas predefinidas, la intención era llevar adelante la Cabalgata salvo que el panorama estuviese muy complicado, de aquí que, media hora antes de su inicio, y aunque el radar anunciaba la llegada de un nuevo frente con agua, se acordó entre los Amigos de la Ilusión y el Ayuntamiento (el alcalde Marcos Iglesias se acercó a la nave situada junto a la Escuela Infantil José Manuel Hidalgo) realizar el recorrido originalmente previsto, suprimiendo eso sí el paso por San Fernando, Santa Clara y la Glorieta del Árbol Gordo.
La Cabalgata se puso en marcha con algunos minutos de retraso (menos de diez), ya que debido a las condiciones meteorológicas se habían comenzado a montar un poco más tarde de lo habitual las carrozas a las puertas de la citada nave. En este sentido, como es habitual, faltaban por encajar (ya que sino no salían por la puerta) los tronos en el conjunto de las carrozas, con los correspondientes elementos sobresalientes.
En esta ocasión, los Amigos de la Ilusión habían diseñado para Melchor, Gaspar y Baltasar (que fue muy vitoreado en la salida) unas carrozas en forma de caja de regalo, de cada una de las cuales emergía una mariposa lumínica, delante de la cual iba sentado cada Mago, con la compañía de un paje. Hay que apuntar que esas cajas de regalo tenían un ‘papel envolvente’ con conocidos personajes infantiles (Mafalda, Lilo & Stich, Pocoyó, Mickey, Minnie, Pluto, Donald, etc.) creado para la ocasión para los Amigos de la Ilusión, con su propio nombre.
Como novedad, cada uno de los Magos tuvo una minicarroza propia adicional, en las que varios pajes llevaron los regalos que tenían que repartir, junto a la inicial de su nombre. Estas minicarrozas fueron una de las novedades de la comitiva, en la que también debutaron tres vehículos completamente adornados con luces navideñas que participaron en la Car-balgata que hubo el sábado en Ciudad Rodrigo.
Asimismo desfilaron por primera vez integrantes del Centro de Danza y Pilates Tere, o un grupo de medusas, que fueron curiosamente las más protegidas de los participantes en la comitiva (amén de los que iban en el interior de vehículos), al llevar paraguas, como buena parte de los espectadores, que también los aprovecharon en los momentos en los que no llovía para darles la vuelta y coger caramelos, con cuyo lanzamiento se fue este año muy generoso.
En lo que respecta a ese uso de los paraguas, en el momento del arranque de la Cabalgata no llovía, pero se puso a hacerlo poco después, de forma suave, parando al poco. Lo peor vino al paso por la Avenida de Salamanca, cuando descargó un fuerte chaparrón, que cesó al tránsito de los Magos por la rotonda del Cruce, desarrollándose el resto de la Cabalgata en sí sin agua (durante toda la tarde sopló cierto viento, aunque sin frío como tal).
Al suprimirse el paso por San Fernando, Santa Clara y la Glorieta del Árbol Gordo, una vez los Reyes Magos entraron en la Avenida de España giraron hacia la Avenida de Yurramendi para encaminarse al centro histórico, donde no hubo variaciones, transitando por la Plazuela San Salvador, Díez Taravilla y Colada, siendo bastante complicado el giro entre las dos calles últimas, para que las mariposas de las carrozas no impactasen contra un balcón concreto.
De este modo, los conductores de los vehículos que tiraban de las carrozas tuvieron que maniobrar con destreza, recibiendo los aplausos de quienes estaban al inicio de General Pando. Obviamente, salvo un vehículo de la Cruz Roja y otro de Bomberos, las carrozas de los Reyes Magos (y sus minicarrozas) eran el cierre de la larga comitiva, en la que no faltaron el habitual Copo de nieve, la Estrella de Navidad o el Cartero Real, además de numerosos grupos de animación, la Guardia Civil y la Policía Local.
Por La Colada, los Magos (escoltados de forma directa por los integrantes del Grupo Scout Kennedy) acabaron por entrar en la Plaza Mayor mientras sonaba el Reloj Suelto, entre un aluvión de caramelos dirigidos a las miles de personas que habían llegado hasta allí pese a lo desapacible que estaba la tarde. Una vez los Magos alcanzaron la parte norte del ágora, y mientras se lanzaban fuegos artificiales, bajaron de sus carrozas, para subir a la Casa Consistorial (donde estaban narrando el evento Tato Galerías y Paola Martín Muñoz), a repetir el ritual habitual final.
En este sentido, el alcalde Marcos Iglesias entregó la llave mágica de la ciudad a los Magos, que pronunciaron unas palabras, siendo destacado (y muy aplaudido) el mensaje del Rey Gaspar, que les dijo a los padres que “el mejor regalo” era “dedicarles tiempo” a sus hijos. Por cierto que, como novedad, estas intervenciones contaron justo al lado con interpretación en lengua de signos, por parte de Nunavut Segovia.
A continuación, los Magos pasaron al interior del salón de plenos, donde repusieron fuerzas antes de que pasasen a saludarles los miembros de la Corporación y tod@s l@s niñ@s que había por allí, sacándose una gran foto conjunto. Tras ello, ya fue turno para que bajasen a los tronos instalados en los soportales en la Casa Consistorial para que pasasen a saludarles todos los niños que quisiesen (justo antes de bajar, volvió a descargar con fuerza durante unos minutos).