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Dr. Vara, jefe de Cuidados Paliativos en Salamanca: “Vivimos de espaldas al sufrimiento”
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Atienden a cerca de 1.500 personas

Dr. Vara, jefe de Cuidados Paliativos en Salamanca: “Vivimos de espaldas al sufrimiento”

Actualizado 25/10/2024 14:00

Ubicados en el Hospital de Los Montalvos, es fundamental la intervención precoz de los equipos de cuidados paliativos en coordinación con los especialistas responsables del tratamiento del paciente mejora su calidad de vida

Los cuidados paliativos son “un tipo especial de atención que busca proporcionar bienestar y confort a los pacientes y sus familiares, abordando los problemas que presentan las enfermedades avanzadas mediante la prevención y el alivio del sufrimiento”. Así lo define el Doctor Francisco Javier Vara, jefe del servicio de Cuidaos Paliativos del Hospital de Salamanca.

Un servicio que se encuentra ubicado en el Hospital de Los Montalvos y que en la actualidad atiende a unas 1050 personas y la coordinación entre los profesionales es fundamental. Si tenemos en cuenta que, según la sociedad Castellano y Leonesa de Cuidados Paliativos, necesitarían Cuidados Paliativos especializados alrededor de 1788 personas; la cobertura sería de un 59%, muy por encima de la nacional (40%).

Los cuidados paliativos surgieron en Inglaterra en la década de los 60 por la necesidad de cuidar a los enfermos en los que se había agotaba el tratamiento curativo, y un pronóstico de vida de unos 4 meses. “Los enfermos eran casi todos oncológicos y la transición del tratamiento curativo al paliativo era brusca y con deficiencias de comunicación”, añade el Dr.

En este sentido, “la realidad sociodemográfica actual ha hecho que los Cuidados Paliativos hayan tenido que adaptarse a las nuevas necesidades. Es fundamental entender la evolución de cada enfermedad para abordar las necesidades de los pacientes a medida que esta progresa, planificando mejor los cuidados y ayudando a los pacientes y familiares a recorrer este camino con el mínimo sufrimiento. En el nuevo paradigma de los CP es importante la identificación precoz de las necesidades, el tratamiento temprano, la atención a las necesidades emocionales y sociales, el bordaje de la espiritualidad, la atención a la familia, el trabajo en equipo y la participación del paciente y su familia en la toma de decisiones que afecten a su enfermedad”.

Pero, ¿en qué momento de una enfermedad es aconsejable esta vía? El doctor Varas afirma que, si se hace una radiografía de la situación de la población actual, “observamos que un 110.000 de las personas de nuestra provincia estarían sanas. En ellas estaría indicado un enfoque preventivo para evitar o retrasar la aparición de enfermedades. 207.000 padecería una enfermedad crónica no compleja y el objetivo fundamental sería la curación o la estabilización de la enfermedad. 11700 sufrirían una enfermedad crónica compleja con una esperanza de vida de alrededor de 5 años. En esta etapa hay muchos tratamientos y pruebas diagnósticas que ya no aportan nada y producen un sufrimiento innecesario, empeorando la calidad de vida del paciente”, añade. Por ella, se trata de una etapa “crucial para complementar el tratamiento curativo con un enfoque paliativo “ya que los pacientes y sus familias presentan necesidades que permanecen ignoradas, y al tiempo reciben otros tratamientos que son costosos e inapropiados”.

En definitiva, “alrededor de 5000 personas estarían en una situación de enfermedad avanzada con una esperanza de vida de unos dos años, y la presencia de múltiples síntomas muy intensos y cambiantes con una gran afectación emocional de los enfermos y sus familiares. Aquí la intervención de un equipo específico de Cuidados Paliativos es fundamental para el alivio del sufrimiento en todas sus facetas, física, emocional, espiritual y social”.

Por todo ello, es fundamental la intervención precoz de los equipos de cuidados paliativos en coordinación con los especialistas responsables del tratamiento del paciente mejora la calidad de vida y pueden también influir positivamente en el curso de la enfermedad.

La importancia de la parte emocional

Cuando una persona recibe cuidados paliativos, juega un papel primordial la atención a la parte emocional o psicológica, tanto para el paciente como para la familia. Algo que ha cambiado con la puesta en marcha del programa ‘Atención integral a personas con enfermedades avanzadas’ que lidera la Fundación la Caixa. “Gracias a él en Salamanca contamos con tres psicólogos, dos trabajadores sociales y un grupo de voluntarios específicos que prestan sus servicios en el hospital, en el domicilio del paciente, en residencias. Así, podemos ofrecer una atención integral, (física, social, emocional y espiritual) a unas 500 personas cada año”, explica.

También se presta especial atención a aquellas personas que además de presentar una enfermedad avanzada se encuentran solos gracias al programa ‘Final de vida y Soledad' (se acompañan alrededor de 160 personas al año por un grupo de 60 voluntarios).

“Con respecto a los familiares, el sufrimiento emocional es en muchas ocasiones superior al del paciente, sin cuidar a los familiares es imposible alcanzar el máximo bienestar posible. En este sentido es importante la prevención y el tratamiento del duelo patológico. El número de familiares atendidos supera la cifra de 900 cada año, y este apoyo ocurre antes y después de la muerte del paciente”, añade.

¿Por qué hay tanto miedo a la muerte?

Una pregunta que hay que hacer es ¿por qué la sociedad tenemos miedo a la muerte? El Dr. Varas explica que “en la actualidad hemos sacado la muerte fuera de nuestras vidas, antes se moría en casa, rodeados de los familiares con los niños correteando por allí”, recuerda. “Ahora en esta sociedad del bienestar vivimos de espaldas al sufrimiento, consideramos la muerte e incluso la enfermedad como algo que hay que alejar de nuestras vidas. Y cuando llega el momento no estamos preparados para la muerte”.

Por ello, con su experiencia en este ámbito hace la siguiente reflexión. “Las personas que se enfrentan a una enfermedad avanzada tienen más miedo a cómo van a morir, que a la propia muerte. Por eso es tan importante concienciar a los pacientes de que la muerte es un proceso natural, y que nosotros vamos a acompañarlo para evitar ese sufrimiento”.