Antoñito Molina, música de una vez

De una vez: de un solo golpe, de una sola ocasión. De una vez: nuevamente. Antoñito Molina conjugó en hora y media lo que debería entenderse como un concierto en la villa ducal. Este cantante es diferente y además quiere ser diferente, alejado de las modas musicales que impregnan las listas de éxitos.

Vienes, cantas y dejas al público con sensación de bienestar, de no irse engañado, de haber visto sobre el escenario a un músico con todas las letras y de haber escuchado música de verdad con un sonido brillante en una Plaza de Toros Cubierta que nunca ayuda a ello. Todo es querer, proponérselo, gastárselo y que no cante cualquiera, que vengan artistas de verdad de cualquier género musical.

Escribe uno que no conocía a Antoñito Molina más allá de la noticia que anunciaba su concierto en Alba de Tormes. Ni nieto, ni hijo, ni familia por ningún lado del gran Antonio Molina, inolvidable cantante de copla y flamenco. Antoñito es una aventura por descubrir.

Antoñito llegó a Alba de Tormes con más de un millón de oyentes mensuales en Spotify y su presencia constante en el ranking Top 200 de artistas en la plataforma. Luces apagadas y móviles en mano y ganas de disfrutar entre el público, antes de que el artista de Rota dejase su sello inconfundible en una plaza de toros, que no estaba llena, pero lo pareció de principio a fin.

Molina demostró porque es una de las grandes promesas del panorama musical español, su concierto invitó a cantar y a bailar desde la primera a la última canción.

Y es que Antoñito no se limitó simplemente a cantar, tocó la guitarra, el piano e incluso la trompeta. Canciones como ‘Por si mañana’, ‘La Aventura’, ‘Y te voy a querer’, ‘Yo soy pa ti’ y ‘El Laberinto’ desprendieron emoción, arte y pasión entre un público entregado a un artista y un grupo de músicos que apunta muy alto en el futuro próximo de la música española.

Un concierto para aplaudir, organizado por 'Eventos Crazy La Moovie', o lo que es lo mismo Iván Flores y Roberto Montero, que contó con la colaboración del Ayuntamiento de Alba de Tormes.

Fotografías: Rubén Vicente