Durante la mañana del sábado fue difícil encontrar un espacio para aparcar en el centro histórico o sus aledaños
De forma parecida al sábado anterior, aunque incluso más agravado al estar más pegada al 15 de agosto, Ciudad Rodrigo vivió una ajetreadísima mañana sabatina tanto a nivel de peatones como de vehículos por múltiples rincones de la ciudad, con un destacado ‘acento francés’, pudiéndose escuchar de forma periódica conversaciones en ese idioma producto de todas las personas que ahora residen en el país galo que están de vuelta por su tierra de origen.
Aunque este ajetreo se dejó notar en toda la ciudad, obviamente fue mayor en el centro histórico y sus inmediaciones, donde era misión complicada encontrar un lugar para aparcar, registrando un alto volumen de vehículos espacios de aparcamiento ‘adicionales’ como los glacis de la Avenida de Sefarad o la Ronda de San Pelayo.
Como todos los sábados, durante la mañana no se pudo aparcar en parte de la Rúa del Sol y en el Registro debido al mercadillo, que tuvo una alta afluencia de mirobrigenses y forasteros, aunque el creciente calor hizo que en el último tramo de la mañana ya aflojase el trasiego, pese a que los vendedores tenían colocados varios toldos para evitar que el sol diese directamente a los clientes.
Al igual que el mercadillo sabatino, estuvo concurrido el Mercado de Abastos (con su parking lleno a rebosar, así como la Avenida de Sefarad), al igual que los supermercados, en alguno de los cuales casi no se podía ‘ni andar’, como viene ocurriendo durante toda la semana. También registraron una alta afluencia durante la mañana las terrazas de múltiples lugares, especialmente de espacios a la sombra como las situadas en la Plazuela del Buen Alcalde.