Las mujeres iraníes y su obligación «moral» de usar velo

Lara Brusa Safigueroa

Defensora de los derechos humanos

Desde hace años, Amnistía Internacional ha denunciado continuamente la violación de derechos humanos de las mujeres en Irán. La última denuncia ha sido respecto a una campaña lanzada por el gobierno de ese país acerca de la vigilancia y la confiscación de los vehículos de conducción, para así cumplir con la legislación vigente sobre el uso obligatorio del velo por parte de las mujeres iraníes.

Poniendo un poco en contexto, tras la revolución Islámica de 1979 con la derrota de la dinastía Pahlaví e imposición del nuevo régimen islámico que sigue vigente actualmente en el país, las autoridades iraníes impusieron un código de vestimenta obligatorio para las mujeres, que debían seguir rigurosamente. Este código consistía en llevar un pañuelo que cubriese todo el cabello (a partir de los siete años) en todos los espacios públicos, así como llevar puesta ropa holgada para disimular la figura en público. Además, no debían usar maquillaje excesivo.

Para poder controlar que este código fuese cumplido, se crearon las llamadas «Policías de la moral» o también «Policías religiosos iraníes». Su papel era y es el de vigilar a toda la población femenina para comprobar si cumplen con el código de vestimenta. En caso de no cumplir con este código, las mujeres pueden ser detenidas y llevadas a prisión (hasta diez años), recibir multas, latigazos o asistir obligatoriamente a clases de «moralidad».

Estas normas o códigos de vestimenta, aunque tienen su origen tras la revolución Islámica (ya anteriormente comentada), siguen estando vigentes y con cada vez más violaciones de derechos. Del mismo modo, cada vez más mujeres se unen a la lucha por sus derechos y muestran la indignación sentida por estas situaciones.

Es difícil de olvidar el efecto que tuvo en la sociedad –y en el mundo– la muerte de la joven Mahsa Amini, tras supuestamente no llevar bien puesto el velo en la cabeza. Aunque no fue el único y tristemente puede que no sea el último. Recientemente en una clínica de Qom, un clérigo fotografió a una mujer que estaba esperando en el pasillo sin velo. Todo con fines de publicación en redes para así endurecer las medidas y restricciones del gobierno.

Desde entonces la sociedad iraní, y de nuevo el mundo entero, junto con el apoyo de algunos Estados, denuncian esta crisis de los derechos de las mujeres en Irán. También advierten que deben tomarse para garantizar la condena del estado iraní y la devolución de los derechos humanos a las mujeres.

Todos estos acontecimientos agravan la situación de millones de mujeres y niñas y también debilitan en cierta manera al gobierno de Irán.

Esta última campaña lanzada por el gobierno de Irán sobre la confiscación de vehículos, es una parte de toda la campaña llevada a cabo durante años violando los derechos de las mujeres y niñas. Las autoridades han llevado a cabo paradas masivas así como controles de vehículos para encontrar a mujeres conductoras y comprobar si sus vehículos están sujetos a algún tipo de «aviso de confiscación».

También se ha añadido mayor vigilancia en los lugares públicos para controlar el correcto uso del velo, pero ahora también con el auge de la Inteligencia Artificial (IA) en todo el mundo, se quiere instaurar en los dispositivos de cada una de las mujeres una app o un rastreador que permita corroborar el adecuado uso del velo. Por lo que se les tendría vigiladas y sometidas a control policial las 24 horas del día.

Tanto la ONU como Amnistía Internacional y muchas mujeres y asociaciones de mujeres que luchan por sus derechos, han expresado su enfado con esta situación. Todas estas nuevas campañas llevadas a cabo por el gobierno de Irán tienen como objetivo añadir más vigilancia en los lugares públicos para hacer cumplir el código de vestimenta impuesto. Lo que conlleva no solo el aumento del control del cuerpo de las mujeres sino también el control de sus vidas de manera totalmente obsesiva. Se trata de una violación de derechos de las mujeres y niñas iraníes tales como el derecho a la libertad de expresión, de creencias, de religión y de autonomía corporal.