Debido a unas obras en las cercanías del templo, los vehículos regresaron a la zona de una forma diferente
Tres días antes de su aparición en el calendario litúrgico (el próximo miércoles 10), la Parroquia de San Cristóbal de Ciudad Rodrigo celebró en la mañana del domingo la festividad del santo que le da nombre, en la cual siempre se incide en su vertiente de patrón de los conductores y transportistas, moviéndola al primer domingo de julio al conmemorarse a nivel nacional (promovida por la Conferencia Episcopal Española) la LVI Jornada de Responsabilidad en el Tráfico.
Los actos de la mañana dominical comenzaron con la habitual eucaristía en el templo presidida por el párroco, Rafael Caño, quién estuvo acompañado por Joaquín Galán. Finalizada la misa, fue turno para la procesión más singular de todas las que tienen lugar a lo largo del año en Ciudad Rodrigo, ya que se realiza sobre ruedas.
De cara a esta procesión motorizada, la imagen de San Cristóbal fue situada en la baca de un Renault 5 de color rojo, que este año fue el encargado de abrir el primer tramo de la procesión motorizada, ya que el vehículo de la Policía Local que habitualmente la encabeza se incorporó –sin rotulación distintiva- un poco más tarde. Tras la imagen de San Cristóbal procesionó como siempre el jeep conducido por Joaquín Sánchez ‘Tato Galerías’, en el que marcharon de pies Rafael Caño y Joaquín Galán.
Tras ellos, fueron procesionando todos los vehículos que quisieron, haciendo sonar sus cláxones en su trayecto por Paseo de Carmelitas, Hermanos García Carraffa, calle Santa Clara, rodeo a las Tres Columnas, calle Santa Clara, zona del Árbol Gordo, y Avenida de Béjar, donde hubo una novedad: en vez de llegar hasta la calle Virgen de la Peña de Francia, la comitiva se metió por la calle Voladero, ya que unas obras en un edificio en las cercanías del templo impedían llegar (legalmente) por la ruta habitual hasta las puertas del mismo.
De este modo, los vehículos salieron por Voladero hacia la calle San Cristóbal, marchándose el vehículo de la Policía Local, aparcando el que portaba la imagen del santo, y bajándose del jeep Rafael Caño y Joaquín Galán, para proceder el primero de ellos a bendecir con agua bendita a todos los vehículos participantes: 37 coches y una moto (el año pasado también hubo 38 vehículos), a los que se unió una persona en silla de ruedas que estaba esperando junto al templo.
Como los vehículos estaban subiendo por la calle Voladero, vía habitual de salida, los vehículos abandonaron la zona por la calle San Blas.