La fiesta campestre incluyó la bendición de los viñedos y la merienda que reunió a familias y grupos de amigos
Los vecinos de Lumbrales han vuelto a ser fieles a su cita con San Gregorio la tarde del 9 de mayo, una entrañable fiesta campestre que desde hace años reune a los residentes habituales de la localidad en el entorno de la ermita del santo patrón de los viñedos, ubicada en el corazón del paraje de Las Viñas. Familias al completo, grupos de amigos, mayores, jóvenes y niños han disfrutado de una gran tarde primaveral, especialmente los más pequeños.
Los niños han tenido un protagonismo destacado en la celebración, niñas y niños que -la mayoría por primera vez en sus vidas- han llevado la imagen del Santo en procesión, mostrando su ilusión por participar en la tradicional celebración.
La fiesta se inició a media tarde con una misa en la ermita concelebrada por Andrés García y Antonio Risueño, párrocos in solidum del Abadengo. A continuación la pequeña imagen del Santo fue sacada en procesión hasta la parte trasera del tempo donde el sacerdote Andrés García procedió a la bendición de los viñedos, pidiendo una buena cosecha para este año.
Finalizados los actos religiosos llegó la hora de la merienda, animada por la charanga La Escala, contratada por el Ayuntamiento de la villa, que también ofrece sangría a los asistentes. El alcalde, Manuel Santos y varios concejales asistieron a la celebración.
En el entorno de la ermita, en las mesas del merendero anejo y en fincas particulares del entorno los asistentes disfrutaron de una estupenda merienda a base de hornazos, embutidos, quesos, asados, dulces, .... regados con la sangría, refrescos y, cómo no, con los vinos de las cosechas particulares de las pocas viñas que aún se cultivan en la zona. Tras la merienda llegaron los juegos y los paseos por el entorno. Al anochecer, los lumbralenses regresaron al pueblo en romería.
Tradición recuperada
La romería que cada 9 de mayo se realiza en Lumbrales a la ermita de San Gregorio se basa en una antigua tradición recuperada hace más de cuarenta años por el grupo de los 'Quintos Plateros' de 1981 y la involucración de los vecinos del barrio de San Gregorio.
Según cuentan los mayores, antiguamente el día 9 de mayo se celebraba con gran solemnidad. A última hora de la mañana en la iglesia parroquial se celebraba una misa y a continuación se organizaba la marcha o romería a las viñas a celebrar 'La Boda de San Gregorio', presidida por el Mayordomo, Alcalde de las viñas y demás componentes de la Comisión de las Viñas, acompañados de los familiares e invitados; los gastos de la comida y fiesta eran costeados por los miembros de la Comisión.
Llegados a la ermita, se procedía a la solemne bendición de las viñas, estando ya gran parte del pueblo presente, para comer a continuación el hornazo. La Comisión obsequiaba a todos con vino y organizaba los alegres y divertidos bailes populares que se celebraban por la tarde (hoy día la invitación a la sangria y al baile corre por cuenta del Ayuntamiento), hasta la puesta del sol, momento en que se inicaba el regreso al pueblo, entrando por La Atalaya, para echar los últimos bailes en la plaza de la Fuente Abajo, hoy Plaza de la Alegría.
Ya apenas quedan viñas que bendecir -y poco vino de la tierra con el que convidar- en las 700 hectáreas de viñedos que en su día producían fructíferas cosechas de buen vino, pero la celebración de la fiesta de San Gregorio en Lumbrales sigue siendo una excusa perfectamente válida para salir al campo en los albores de la primavera y disfrutar de una gran tarde de convivencia.