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Milagros Toribio es galardonada en una completa tarde a cubierto con ‘piques’, debuts y regresos
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CIUDAD RODRIGO | CHARRADA 2024

Milagros Toribio es galardonada en una completa tarde a cubierto con ‘piques’, debuts y regresos

Actualizado 31/03/2024 18:54
David Rodriguez

El festival contó con grupos de Las Hurdes, Villavieja de Yeltes, la Sierra de Francia (con doble representación), Alba de Tormes, El Payo, Peñaparda y La Maragatería leonesa

El Teatro Nuevo Fernando Arrabal estuvo lleno a rebosar (y eso que el público se fue ‘renovando’, al ir entrando y saliendo espectadores) durante toda la tarde del Sábado Santo, con motivo del festival principal de la XLIII Fiesta de La Charrada de Ciudad Rodrigo, que debido a las malas condiciones meteorológicas se tuvo que desarrollar a cubierto. La última vez que este festival había pisado las tablas del Teatro fue en 2016, cuando a mitad del evento tuvo que trasladarse desde la Plaza Mayor ante la lluvia que empezó a caer (en 2014, en pleno mes de julio, se desarrolló íntegro en el Teatro, también por la lluvia).

El festival de la tarde del sábado, presentado por José Ramón Cid Cebrián (ataviado para la ocasión), consistió en la actuación de 8 grupos de otras tantas procedencias (a cada uno de los cuales la delegada de Cultura, Belén Barco, hizo entrega de una lámina de Carlos García Medina y de una copia del cartel de La Charrada de este año), redondeándose con la entrega del premio La Encina Charra a Milagros Toribio Sánchez.

La tarde se abrió con el único grupo de fuera de Castilla y León, procedente de Las Hurdes cacereñas, con miembros de Casares de las Hurdes y Nuñomoral. Siguiendo los toques del tamborilero Óscar Duarte, ofrecieron 5 piezas, 3 de ellas con baile: una jota, un picao y el baile de La Jaba característico de Las Hurdes (las otras dos -sólo tocadas- fueron la Procesión de los Casares y una copla). Dentro de este grupo se produjo el primer debut de la tarde: el de una niña, Valeria, de sólo 5 años, que ha comenzado a bailar este curso, según explicaron.

La ruta por la provincia de Salamanca comenzó en el Campo Charro, con un grupo de Villavieja de Yeltes que puso en escena el Baile del Cordón con arco que ofrecen a la Virgen de los Caballeros en agosto. Finalizado este Baile, hubo vivas precisamente a la Virgen de los Caballeros, a Villavieja de Yeltes y a las charras. Como complemento, bailaron otra pieza tocada por el tamborilero Juan Vázquez.

De ahí se pasó a la Sierra de Francia, con doble representación. En primer lugar actuó un grupo de personas de La Alberca, Mogarraz, Cepeda y Garcibuey (que tienen en común el traje y el baile serrano, según explicó José Ramón Cid) comandado por el mítico Poldo de Mogarraz, que ya tiene 84 años. Al son de los tamborileros Marcelino Pérez de Cepeda y Román Rodríguez y Pedro Muñoz de La Alberca (que se fueron rotando, aprovechando si no tocaban para bailar), mostraron una jota, un picao serrano y un fandango serrano, además de un ‘pique’ entre sus bailadores.

Curiosamente, también hubo otro pique en la otra representación de la Sierra de Francia, con personas de El Maíllo, Monsagro y Serradilla del Arroyo, que tienen características de la Sierra, pero también ‘del llano’, incluyendo bailes como el de la rosca. En el Teatro, guiados por Julio El Serrano (de Monsagro-El Maíllo) y por su hijo Diego de Monsagro, ofrecieron un picao (un corrío serrano), un campeño y una jota, además de desearle una “larga vida a Milagros”, La Encina Charra 2024.

En lo que respecta al campeño, se trata de un pique entre hombres, que fue protagonizado por dos jóvenes, Diego y Cristian, primero a ras de escenario, y luego subidos a una mesa con una gran habilidad, cosechando muchos aplausos (se invitó al público a que ‘animasen’ a uno u a otro). Por cierto, que durante la actuación se explicó que este era el primer día de baile en público de Cristian, que es bisnieto de Tío Piteo.

La sesión de piques de este festival se completó con el siguiente grupo, procedente de Alba de Tormes, que guiados por el dulzainero Pedro Rodríguez de Valdecarros y por el tamborilero Bruno González, bailaron sobre las tablas del Teatro Nuevo varias jotas (como el Fandango del Sr. Francisco de Arapiles) y charradas (como Los palillos del Tío Roque o Salamanca la blanca), algunas de ellas con dulzaina, con la participación de las bailadoras Clarabel, Virginia e Inés. Como complemento, mostraron como el grupo previo otro campeño, en este caso protagonizado por los hermanos Pacheco, Marcos e Iván.

De ahí se volvió a la comarca de Ciudad Rodrigo, con dos grupos de El Rebollar. El primero de ellos fue El Payo, que regresaba a La Charrada tras varios años de ausencia, como comentó José Ramón Cid. En este caso, el protagonismo recayó en Verónica Mangas y su toque de sartén con cuchara, a partir del cual se bailaron una jota, la charra 2ª y un fandango (integrado por un corrido y un picoteao).

Frente a ese regreso de El Payo, a continuación fue turno para una localidad que nunca ha faltado a la Fiesta de La Charrada: Peñaparda, con su pandero cuadrado tocado por Isabel Ramos, quién también lleva asistiendo todas las ediciones del evento desde su nacimiento en 1980. En esta ocasión, el público pudo disfrutar de un ajechao, un salteao y un fandango de nuevo con dos partes (un corrido y un picao). Como explicó José Ramón Cid, este año el grupo de Peñaparda era mucho más numeroso de lo habitual, al haber recaído en una de sus integrantes, Milagros Toribio, La Encina Charra 2024.

De forma previa a la entrega, se cerró la ronda de actuaciones con el grupo más lejano, el de La Maragatería leonesa, en concreto de Rabanal del Camino, comandado por el tamboritero –así se les llama en León- Maximiliano Arce, que ya cuenta con 86 años, y que regresaba al evento tras haber estado en la edición de 1982. Este grupo puso en escena varios toques como el Corro maragato, piezas de pandereta, o jotas y boleros. Además, como guiño a la zona, brindaron El burro de Villarino.

Como decíamos, el festival se redondeó con la entrega de La Encina Charra a Milagros Toribio Sánchez, cuyo ‘currículum’ fue desgranado por Belén Barco, quién explicó que la galardonada tiene 76 años, que ha vivido toda su vida en Peñaparda, y que “ha hecho que las ricas tradiciones de Peñaparda se hayan mantenido”, siendo además una fija de La Charrada desde su creación. La homenajeada dijo que “ha sido un honor haber participado estos años en La Charrada, y mostrar lo nuestro para que no se pierda”.

Como punto y final, intervino el alcalde Marcos Iglesias, quién dio la enhorabuena a Milagros Toribio: “se lo merece como nadie por su trayectoria; es una bailadora ejemplar y maestra”, añadiendo que “con esto se reconoce también a Peñaparda”. A continuación, el alcalde remarcó que La Charrada “quiere exaltar algo muy salmantino, lo nuestro”, dándole las gracias a los que “trabajáis en el folclore”, porque además “hay cantera”.