Previamente se había impuesto la ceniza a todos aquellos que asistieron a la eucaristía
Por tercer año consecutivo (tras proponerlo en su día una catequista), la Parroquia de San Cristóbal de Ciudad Rodrigo llevó a cabo en la tarde del Miércoles de Ceniza una quema conjunta de gargantillas de San Blas a las puertas del templo, con la idea de simbolizar la “quema de algo malo para que la luz de Jesús brille en nuestra vida”, en palabras del párroco, Rafael Caño.
La quema de las gargantillas (en un brasero) se produjo a la conclusión de la señalada misa del Miércoles de Ceniza, en la cual Rafael Caño estuvo acompañado por Joaquín Galán. A esta celebración asistió un número de fieles superior al habitual, con el objetivo también de que les fuera impuesta la ceniza como símbolo del arranque de la Cuaresma.