El evento fue promovido por una treintena de peñas y asociaciones, siendo novedad la participación de los Amigos del Tema
A las 21.41 horas de la noche del Martes, cuando los Bomberos acabaron de apagar en el ágora mirobrigense los últimos rescoldos del ‘Toro de Cenizos’, llegó a su conclusión de forma definitiva, tras exactamente 99 horas y media de fiesta, el Carnaval del Toro 2024, iniciándose la cuenta atrás para el del año que viene, que habrá que esperar un poco más, ya que se celebrará del 28 de febrero al 4 de marzo de 2025.
La quema de ese Toro de Cenizos fue el culmen del ya habitual Pasacalles de Cenizos, que este año fue promovido por una treintena de peñas y asociaciones: La Rebelión, Los Kolgaos, Y muchas más, Peña de Francia, La Roca, Asociación Charra del Caballo, Arena en el Registro, El Revolcón, El Turre, Puerta del Desencierro, Polémika, Alguacilillo, Los primos shulos, Estamos en ello, La Gresca, Farinotas, El Farinato, El Aquelarre, El Cuerno SA, Amigos del Tema (que hacía su debut), Los Rotos, Paga Este, Águeda, Los del Casablanca, Zumbaos, El vago y estos, Los Babuinos, La Posada, G&B & Ivanrey Shore, y la Asociación Cultural Carnavaldeltoro.es.
Para evitar la larga espera que hubo el año pasado en el ágora mirobrigense entre la salida y la llegada del pasacalles, este año estas peñas y asociaciones decidieron cambiar el formato del Pasacalles de Cenizos, de tal modo que el toro naranja (creado por José Luis Martín, de Ibernatur Taxidermia) situado en un antiguo escaparate comercial de la Rúa del Sol, fue llevado de manera ‘informal’, nada más concluir el último desencierro, hasta la Plazuela del Buen Alcalde, primer epicentro de la clausura del Carnaval 2024.
En ese espacio, tanto las peñas del lugar como otras involucradas en el evento, ofrecieron de forma gratuita a todos los que por allí se acercaron algo para picar y beber, aprovechando muchos grupos para sacarse fotos con el Toro naranja. A la hora prevista, las 21.00 horas, se puso en marcha el Pasacalles en sí, encabezado por tres tamborileros, desde esa Plazuela del Buen Alcalde hasta la vecina Plaza Mayor.
En el ágora, los costaleros del Toro dieron una vuelta por el ‘rectángulo mágico’ antes de depositarlo sobre varios palés, para que estuviese un poco más alto y se viese mejor. En ese momento, todos aquellos que quisieron pudieron colocar en el astado, con el objetivo de que fuesen quemadas, sus gargantillas de San Blas, aprovechando además algunas personas para quemar otras cosas, como por ejemplo pañuelos del Campanazo, para simbolizar también personalmente que el evento ha llegado a su fin.
Acto seguido, llegó el momento de prender el toro. Después de que el año pasado se ‘resistiese’ a arder, este año ‘se le atacó’ con antorchas por cuatro frentes y con mayor material combustible, de tal modo que ardió rápidamente, mientras se lanzaban fuegos artificiales desde lo alto de la Casa Consistorial, todo ello ante una espectacular multitud congregada tanto en la arena del coso como en los tablaos.
Poco a poco las familias y grupos de amigos que estaban asistiendo a la clausura del Carnaval se fueron marchando del ágora, en una velada con una temperatura muy agradable para esta época del año. Cuando ya se habían marchado bastantes personas, entraron en acción los Bomberos, para apagar por completo las brasas, lo que da arranque a la cuenta atrás para el Carnaval 2025 (aunque obviamente todavía queda el epílogo del actual con el Domingo de Piñata).