Tienen muchas razones, pero ¿la razón?

Estos días vimos pasar por nuestras calles cientos de los poco habituales tractores. Otra más de las protestas periódicas de este esencial sector económico dada su preocupante situación, cargados de razones y algunas incoherencias. No tengo espacio suficiente para llegar al fondo, me interesan más sus complejos referentes administrativos. Castilla y León, según el artículo 70.1 de su Estatuto, tiene la competencia exclusiva; y el Estado la coordinación general económica. Pero tal vez es la Unión Europea (donde deciden los gobiernos de sus Estados integrantes) con la PAC, Política Agrícola Común, la más influyente, consumiendo un tercio de su presupuesto de fondos públicos.

El fin de la PAC era la unidad de mercado con libre circulación de productos, precios comunes, protección frente a competencia extracomunitaria y financiación con presupuesto Comunitario. Se pone en marcha en la Europa Occidental de la versión más avanzada del Estado del Bienestar, ese entendimiento político entre la Socialdemocracia y la Democracia Cristiana del momento. Según el diario Expansión “Sistema económico en el que el Estado asume la responsabilidad y la prestación de un gran número de servicios, como educación o sanidad, de forma poco indiscriminada y sin coste para el destinatario directo de los mismos.”. Acercarse lo más cerca posible a la justicia social y la igualdad de oportunidades.

Lamentablemente cuando España ingresa en ese club de países los vientos políticos empujados por Ronald Reagan y Margaret Thatcher están cambiando. Barren a la Democracia Cristiana con el neoliberalismo, y consiguen decolorar tanto a la izquierda institucional que a veces apenas se diferencia. Cambia el modelo económico, con experiencias tan significativas como la Reconversión Industrial (desmantelamiento, apreciado en Occidente en la reciente pandemia) o la globalización… excepto de personas. En este marco resumido muy groseramente, la política agrícola vira olvidando su inicial interés por la pequeña explotación. Ahora el 20% de todas ellas en España acaparan el 80% de ayudas y subvenciones, mucho dinero público.

^{Resumen de la tan mencionada Agenda 2030. Seguramente no leída por nadie como otros muchos textos, por ello no encuentran ningún papel en ella para la agricultura y ganadería.}

Aunque se pretenda que uno de los enemigos declarados del Campo sea el “lobby” Ecologista, ellos hace décadas alertaron de los problemas que hoy tenemos poniendo soluciones más realistas encima de la mesa. Por ejemplo, en vez de globalizar salarios y normas europeas se ha consentido la competencia desleal de producir en condiciones miserables en otras partes del mundo, con planteamientos incluso industriales, estimulando precios bajísimos. Irreales en un Planeta de recursos finitos y con una deriva climática muy peligrosa. El problema no es si el tomate esta bueno o malo, sino cómo podemos acceder a ellos en febrero. Dinamitan la agricultura y ganadería europea sin apenas oposición. Desde luego la lista de razones es larga, y no entro en la inexistente ordenación del territorio o falta de planes de desarrollo para la España abandonada.

Por supuesto no es la única causa, claro, pero el mundo rural suele votar desde hace mucho tiempo precisamente a quienes defienden e implementan las políticas que les llevan al borde de su desaparición. Sus supuestos defensores otra vez estos días, pollo incluido. Quienes no quieren subir el Salario Mínimo para dar mayor capacidad de compra al consumidor, globalizando la miseria. Desregulan mercados en beneficio de grandes comercializadoras y macrogranjas, o niegan una sequía cada vez más pertinaz. Lo volveremos a ver en las próximas, y casualmente cercanas, Elecciones Europeas. Como en la Sanidad Pública, todo el mundo dice quererla, pero ponen al frente a quienes quieren acabar con ella. Claro que cierta estulticia en la izquierda también tiene parte de culpa. A lo mejor al final nadie puede comer si nos quedamos sin Planeta útil.