Como matanceros de Honor fueron designados Candelas Martín Vicente y Juan Andrés Medina Blanco, y como matanceros mayores Balbina Santiago García y Bernabé Gil Sendín
Con una cochina ibérica de 16 arrobas como protagonista, los vecinos de Guadramiro celebraban este sábado, 3 de febrero, su primera Fiesta de la Matanza Tradicional, evento incluido en el calendario de matanzas promocionadas por la Diputación de Salamanca y cuyo objetivo es mantener viva una tradición muy arraigada al mundo rural y que poco a poco está desapareciendo por distintos motivos.
Así, pasadas las once y media de la mañana llegaba el momento de recibir a la marrana ya inerte, momento que coincidía con el desayuno típico matancero a base de aguardiente, perrunillas y dulces para todos los asistentes, momento que estuvo amenizado por los tamborileros Arcadio Vicente, el patriarca de los tamborileros charros, y José Benito Mateos Pascual.
A continuación el alcalde de Guadramiro, Albert Calderón, procedía al nombramiento de matanceros y matanceras de Honor y Mayor. Como matanceros de Honor fueron designados Candelas Martín Vicente y Juan Andrés Medina Blanco, y como matanceros mayores el alcalde de la localidad, Albert Calderón, hacía entrega de sus correspondientes diplomas a Balbina Santiago García y a Bernabé Gil Sendín. Igualmente, con motivo de la celebración de Santa Águeda el próximo 5 de febrero, fiesta que en Guadramiro se adelantaba a esta jornada, Albert Calderón hacía entrega del bastón de mando municipal a Consuelo Sánchez Vicente.
Seguidamente, el grupo de colaboradores comenzaba el chamuscado de la cochina con paja de centeno, faena que era rematada con el soplete de butano. Tras la limpieza del cuero mediante raspado con agua llegaría el momento de despiece. Pieza por pieza iban llenando el puntal dispuesto entre dos viejos carros para el enfriado de la carne, así hasta que las hojas de tocino quedaron limpias.
Entre tanto, las mujeres procedían a la preparación de las patatas meneás para la comida, plato acompañado de panceta y chichas. Pero antes de ese momento, el público pudo degustar un aperitivo de carne del cerdo hecha a la brasa. Al mismo tiempo, los más pequeños pudieron participar en un taller de elaboración de embutido, para finalizar las labores matanceras con la subasta de las distintas piezas de carne extraídas de la gorrina ibérica, todo narrado por el maestro de ceremonias, que a lo largo de la jornada explicó cada momento del proceso de la matanza.
Una vez concluida la comida, a última hora de la tarde se espera un chocolate en el bajo del Ayuntamiento, con motivo de la celebración de Santa Águeda, y en la noche un bingo.