Buena entrada en Vitigudino para ver A Rivas el Telón y su 'Lío en Messina'
Escrita y dirigida por Antonio José López Gómez, el grupo madrileño enganchó al público desde el inicio con una buena interpretación y caracterización para dar vida a un texto sencillo, ágil y alegre
Buena entrada la que ha registrado este domingo el salón de actos del Centro Cultural para ver la primera de las seis obras a concurso en el XXXVI Certamen Nacional de Teatro 'Villa de Vitigudino', edición que abría ayer sábado sus puertas con la presentación de su programación y la actuación de la Agrupación Homero.
La primera de las representaciones de esta edición llegaba de la mano del grupo madrileño A Rivas el Telón, que puso sobre el escenario Lío en Messina, divertida comedia escrita y dirigida por Antonio José López Gómez, y que enganchó al público desde el inicio. Buena interpretación y caracterización para dar vida a un texto sencillo, ágil y alegre.
Tras este primer montaje, la próxima representación tendrá lugar el domingo 28 de enero a las 20:00 horas, momento en el que le llegará al público un grupo muy conocido por el público de Vitigudino, pues no en vano ha sido ganador de este certamen en dos ediciones, concretamente en 2019 y 2022. Será el turno de la compañía salmantina La Lengua Teatro, que en esta ocasión interpretará Puntila, obra basada en textos de Hella Wuolijoki y Bertolt Brecht.
Puntila es una comedia "con profundidad", como señalaba Juan Carlos Pérez, de La Lengua Teatro, durante la presentación de la obra antes del estreno en el Liceo de Salamanca el pasado mes de noviembre., pues es una obra que no deja de lado la desigualdad, la crítica social, el amor o un "humor fino" sobre política, en una propuesta de Brecht que mantiene una "sorprendente actualidad" por lo que viven los personajes sobre el escenario.
El montaje de La Lengua Teatro se centra en el personaje de Puntila, que "cuando bebe es dueño de sus sentidos", pues entonces "olvida su clase, su posición, defiende al oprimido, consiente amores imposibles y ve ratoncitos blancos", algo que desaparece en estado sobrio.
Así, Puntila se debatirá, dentro de sus dos estados de ánimo, entre su deseo de que su hija, Eva, se case con Matti, su chófer, y sus maquinaciones cuando es ajeno al alcohol para que se case con un joven diplomático. Pero Matti no quiere problemas.