Los Mayordomos repartieron carne, chorizo y panceta asada acompañada de buen vino a todos los asistentes
No solo de pan de vive el hombre; bien lo saben los vecinos del Arrabal de San Sebastián, que como es tradición, celebran por todo lo alto la festividad del Patrón de Ciudad Rodrigo que lleva el nombre del propio poblado.
Una gran parrillada de carne sobre las brasas que la gran iluminaria en honor a San Sebastián ofrecía, junto al buen vino y el calor del fuego, hizo que los vecinos del anejo mirobrigense dejasen en un segundo plano la gélida noche en la que se encontraban.
Una vez las viandas al punto por maestros asadores, los mayordomos Paqui Pérez y Juan Pablo María Sastre, se encargaban de repartir tales manjares entre el numeroso público que se había acercado para ser partícipe de esta tradición tan arraigada en el lugar.
No faltó vino y refrigerios sin alcohol, que se fueron consumiendo a la vez que el fuego hacía lo propio con la madera recogida hace días en fincas aledañas y, depositada en la era contigua a las casas del pueblo por un grupo de vecinos pertenecientes a la asociación vecinal.
Un ambiente de concordia y muy acogedor de la pequeña vecindad, que este año recupera la mayordomía tras varios años aferrada a forasteros (aunque mirobrigenses todos ellos) que con muy buena intención han querido formar parte de esta barriada.
Varios miembros de la corporación mirobrigense se acercaron al terminar los actos en la ciudad amurallada para acompañar a los vecinos del Arrabal de San Sebastián.
La celebración continuará el día 20 de enero al medio día con la celebración del panegírico del militar romano y mártir, que será oficiado por Prudencio Manchado, sacerdote recientemente asignando a esta parroquia. Seguidamente tendrá lugar la procesión por las calles del pueblo que terminará de nuevo en las puertas de la iglesia donde se dará a conocer la mayordomía para el año 2024 que durará hasta ese mismo día del año 2025.
Como culmen de la celebración de San Sebastián, los mayordomos invitarán a un convite en las antiguas escuelas, convertidas en Centro Social para todos los vecinos y amigos asistentes.