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Impresionante aspecto de la cascada del Desgalgadero en Villarino de los Aires
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PARQUE NATURAL ARRIBES DEL DUERO EN SALAMANCA

Impresionante aspecto de la cascada del Desgalgadero en Villarino de los Aires

Actualizado 18/01/2024 18:57

Con más de 80 metros de desnivel, el agua se desliza por entre las rocas de una gran faya formando varias pequeñas cascadas hasta finalizar sobre el cauce de la rivera que se entrega al Tormes en el paraje de Vendemoro

Impresionante aspecto el que presenta el Desgalgadero en Villarino de los Aires tras las últimas lluvias, otra de las grandes cascadas del Parque Natural Arribes del Duero en la provincia de Salamanca.

La cascada del Desgalgadero es un gran salto de agua de la rivera que nace en La Trabanquina buscando el cauce del Tormes en Vendemoro, ya encajonado entre arribes haciendo límite con la localidad zamorana de Fermoselle, antes de su desembocadura en el Duero. Aquí, el agua se desliza por entre las rocas de una gran faya formando varias pequeñas cascadas hasta finalizar sobre el cauce y salvar así un desnivel de más de 80 metros.

Para acceder a este paraje de gran encanto, el Ayuntamiento de Villarino ha habilitado una ruta de recorrido circular, de unos 6 kilómetros a pie, y que transita los parajes de Los corrales de Guasalvas, El Desgalgadero, El Pozo de la Rivera, El cañón de El Encuentro, Vendemoro y las Cuevas de Vendemoro. También pude realizarse en su totalidad a pie partiendo desde el municipio, lo que el recorrido sería de unos 12 kilómetros en total.

El tramo a pie comienza en Los corrales de Guasalvas, zona que dispone de espacio para aparcamiento. El camino discurre en descenso hasta dar vistas al paraje del Desgalgadero, lugar en el que se puede apreciar cómo el agua de la rivera se precipita por entre un lastrón de más de 70 metros de altura en busca nuevamente de su cauce. Unos metros más abajo, el Ayuntamiento ha habilitado el paso con un pequeño puente de madera para continuar el curso de la rivera por su lado derecho aguas abajo. En este punto se pueden observar los restos del molino harinero cuyas piedras eran movidas por la fuerza del agua. A partir de este lugar, de acceso fácil, comienza el tramo de mayor dificultad de la ruta por la estrechez del sendero y la inclinación del terreno, aunque observar los bellos rincones que esconde hace que haya merecido la pena realizar su descenso.