Municipal transparencia

Me sorprendió extraordinariamente la queja del Comité Antinuclear de hace unos días sobre falta de transparencia de nuestro estimado Ayuntamiento. El pasado 5 de enero se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia un anuncio informando de la aprobación inicial, días antes, del Proyecto de “Ordenanza Municipal de creación y gestión de las Zonas de Bajas Emisiones del Municipio de Salamanca” (ZBE). Añadiendo “Durante el plazo de treinta días, a partir de la publicación de este anuncio, se somete dicho Proyecto de Ordenanza Municipal a información pública y audiencia a los interesados en la Secretaría General (Servicio de Policía y Actividades Clasificadas - Área de Licencias y Planeamiento) para la presentación de reclamaciones y sugerencias.”

Supongo que la susodicha Secretaria está en el céntrico inmueble ¿ya municipal? de la Calle de Íscar Peyra, o en la propia Plaza Mayor. Lugares perfectamente accesibles a cualquiera, preferentemente a pie. Imagino, además, con horario especial teniendo en cuenta todas las circunstancias de cada residente en la ciudad, trabaje de día, de noche o descanse solo los festivos. Todo lo preciso para garantizar la plena participación ciudadana y la transparencia en la gestión municipal, como insiste en cuanto tiene ocasión nuestro más diáfano Consistorio español. No en vano recibimos subvenciones de programas europeos donde esa participación es clave y fundamental. Por supuesto, nuestro considerado Ayuntamiento no confunde participar con asistir a una actividad.

Es más, lo gobierna con mayoría absoluta el paladín del constitucionalismo español, quizás de los pocos que leyéndola han sobrepasado su artículo 2, llegando incluso hasta el 9. Más aún, su capacidad para conseguir y alentar la presencia de la ciudadanía en la vida municipal es incluso legendaria. No suspendiendo nunca, contra viento y marea, históricas comisiones participativas, y con unos presupuestos participativos claves en el presupuesto anual como el de 2024. Solo la necesidad de estimular el ejercicio físico mueve a nuestros elegidos gobernantes locales a incitar ese desplazamiento, algo muy ecologista con nada de oscurantismo ni mala fe como parecen denunciar algunos.

De todas formas, por si acaso, rebusqué en la web municipal, innecesario lujo de hoy en día, por si la encontraba por algún sitio. Y seguro que está, solo la insuficiencia de mi experiencia de 40 años conviviendo diariamente con la informática no me permite encontrarla. Sospecho lo mismo debe pasar en el Comité Antinuclear. Esa impericia en la búsqueda seguramente impide topar también con Memorias de la Policía Local, de Bomberos o del servicio de Transporte Publico. Estas ya ni el BOP bis las publica con el habitual cuadrito primicia. Qué necesidad tenemos los votantes de conocer la realidad, municipal, de nuestras vidas y para qué sirven nuestras tasas e impuestos. Ni que viviéramos en democracia (4 acepciones en la RAE), o municipios parecidos del mismo color político como Valladolid o Burgos las publiquen.

Por cierto, si se acude a ese organismo municipal en vehículo ruego se observe con atención la señalización. Quizás sería recomendable un previo repaso de la Ley y el Reglamento de Tráfico. Primero, es una zona peatonalizada, por lo que pinta poco por ahí motorizado. Si lo hace, evite asustar a un peatón pitándole cuando cruce el ancho del espacio peatonal como tiene todo el derecho. Salvo existencia de una señal oculta que obligue a usar bocina, claro, o persistencia consciente en peligrosa ignorancia incivil. Mejor vaya andando, el autobús urbano tampoco le deja lejos. Hablando de autobuses, a finales de diciembre de este nuevo año se cumplirán 100 años de la creacion de la primera línea de transporte urbano, entre la Estación de Ferrocarril y Tejares.