El presidente, Juan Arroyo, informó de la situación que presenta la sanidad en la zona de Lumbrales con la llegada del nuevo coordinador, al que puso como ejemplo para otras áreas de salud
Representantes de una treintena de asociaciones de mayores integradas en la Unión Comarcal de Mayores de Vitigudino celebraron este lunes en esta localidad la asamblea anual para informar de la actividad de este colectivo y nuevas propuestas para 2024. La asamblea estuvo presidida por su presidente, Juan Arroyo, que tras el fallecimiento de su mujer se ha mantenido unos meses al margen de la Unión Comarcal. A este respecto, agradeció las condolencias y las muestras apoyo recibido desde las asociaciones, a la vez que sugirió a los asistentes de que sucederles algo similar, “me avisen o lo hagan a cualquier compañero para comunicárselo a los presidentes y que puedan acompañar a la persona afectada”. Además, agradeció a la Junta directiva el trabajo realizado y por el que “no se ha notado mi ausencia”.
En informes de Presidencia, Juan Arroyo destacó los dos consejos de salud celebrados en la zona de salud de Lumbrales por la información facilitada respecto al número de cartillas sanitarias existentes en cada municipio y los días de consulta que le corresponden. En este sentido, informó a los presidentes de la iniciativa de los médicos para mantener la frecuencia de las consultas, aunque algunos pueblos hayan descendido a niveles de población por los que deberían también ver reducido el número de consultas semanales, y ello a pesar de haber quedado mermada la plantilla de médicos del centro de salud de Lumbrales en dos profesionales, “uno por haberse ido a Hinojosa y otro por jubilación en La Fregeneda y del que no hay sustituto”. Otra circunstancia a tener en cuenta en esta iniciativa, es el número de residencias geriátricas en las que deben pasar consulta, lo que ocupa un tiempo extra a la labor de los médicos y una sobrecarga de trabajo, por lo que señaló la necesidad de que “se tengan en cuenta las residencias a la hora de establecer los calendarios de consultas desde la Gerencia”.
El funcionamiento del nuevo coordinador de la zona de salud de Lumbrales fue puesto como ejemplo por Juan Arroyo para que los presidentes de mayores de municipios de otras zonas de salud reclamen en sus respectivos consejos de salud la información, al menos, de qué días y a qué horas se desarrollan las respectivas consultas para de este modo informar a los vecinos, especialmente a los mayores.
En nuevas tecnologías, informó de la incorporación en los consultorios de nuevas máquinas “para diagnosticar enfermedades de la piel (dermoscopia), un respirómetro para detectar enfermedades pulmonares, un dinamómetro para medir fuerza, un electro portátil ante una urgencia, o desfibriladores en puntos accesibles”. También informó de la vacunación en cada uno de los pueblos de la zona de salud de Lumbrales, además de en el centro de salud, lo que en su opinión “es como debería haberse hecho siempre”.
En otro orden de cosas, Juan Arroyo dio la enhorabuena al nuevo presidente de la Federación Provincial de Jubilados de Salamanca, y presidente de la asociación de mayores 'San Pedro', de Bañobárez, José María Regalado, a quién le deseó salud en los cuatro años de mandato. Y aprovechando su pertenencia y asistencia a la asamblea, le propuso como actividades promovidas por la Federación provincial, la realización de una charla de temas sanitarios por profesionales. También, ayudar a los grupos locales de teatro para facilitar actuaciones en los pueblos de la provincia, especialmente el coste del transporte. Además, sugirió recuperar la convivencia provincial de mayores de acuerdo con las posibilidades económicas, “es algo que le gusta mucho a la gente por el reencuentro con conocidos de distintos municipios”, añadió. Otra de las propuestas fue la realización de exposiciones a nivel comarcal de trabajos realizados por mayores en los municipios.
Se presentaron las cuentas del 2023, con entrega de copia a cada uno de los presidentes, y sugirió a los presidentes de las asociaciones, que actualicen la renovación de sus juntas directivas, algunas con más de 10 años sin nombrar nuevos cargos.
El broche a la jornada lo pondría una comida en el Restaurante El Quijote, pagada a escote, y en la que participaron 52 personas, las cuales dieron cuenta de paella, carrilleras y tarta de postre. Como señalaba Juan Arroyo, “el fin no es la comida, sino juntarnos una serie de personas que estamos en las juntas directivas y pasar un rato juntos. Además, se ha invitado a otros que fueron presidentes, y con los que hemos compartido conversación después de tiempo sin vernos”.