Una Navidad en la Praça Velha

Se escucha hablar tanto en castellano como en portugués en la Praça Velha, transformada ahora en Cidade Natal, vestida también de Navidad en sus alrededores durante el mes de diciembre.

Desde el túnel de luces del Jardín José de Lemos hasta la Torre dos Ferreiros, pasando por delante de la Iglesia de la Misericordia y llegando hasta la Rúa do Comercio, el bullicio de los visitantes buscando un café con dulce en alguna de las pastelerías de la “La Más Alta” se hace notar.

Presencia de muchos cacereños y de muchos salmantinos, según nos dice el dueño de una estas céntricas pastelerías, mientras atiende por orden una fila que se acumula delante de las vitrinas, turistas indecisos ante tanta variedad.

Hasta el 25 de diciembre en Guarda, la capital a mayor altitud de Portugal, por eso el apodo de ‘La Más Alta’, se desarrolla la animación navideña de ‘Guarda-Cidade Natal’, cuyos pasos nos llevan hasta la plaza de la catedral.

En esta plaza Luís de Camões, conocida popularmente como Praça Velha o Praça da Sé, encontramos visitantes posando delante del cartel de la ciudad, ahora adornado con motivos navideños. Tras él, la estampa de la catedral-fortaleza domina el espacio donde hallamos el Tren de Navidad, el carrusel parisino, la noria, la casa de Papá Noel, la pista de patinaje y los puestos de Navidad.

Un chocolate caliente o un licor de guindas (ginjinha), pueden tomarse en la calle, pero también toda la gama de pastelería portuguesa en alguna de las muchas cafeterías de la ciudad, con especial atención a los dulces de esta época, como las filloas, las torrijas, el Bolo Rei y el Bolo Rainha (dos variedades del Roscón de Reyes); o la Bola Parda, donde la canela es protagonista, y el Pastel Don Sancho, con su toque de queso serrano, como dulces propios de esta ciudad fronteriza.

Por esta repostería, junto con otros platos salados, como el Bacalhau à Conde da Guarda, ‘La Más Alta’ ha ostentado durante este año el título de Destino Gastronómico Portugués, concedido por la Revista de Vinhos.

Los escaparates llaman la atención del público en las calles del centro, como la propia Rúa do Comercio, los alrededores del Jardín José de Lemos o las que encaminan hacia el Centro Comercial La Vie o hacia el Mercado de Abastos, luciendo sus productos apelando a adquirir en Guarda alguno de los regalos de estas fechas.

Subir a la Torre dos Ferreiros, a pie o en ascensor, conocer el interior de la catedral, ascendiendo hasta sus azoteas, la céntrica Iglesia de la Misericordia o la bonita azulejería de la Iglesia de San Vicente, en el barrio judío, son enclaves que cualquier paseante por Guarda debería saborear.

Todos ellos se sitúan cerca de donde trascurre la animación navideña. Recorrer estas calles en el Tren de Navidad también es una buena opción para conocer el centro de la ciudad.

El Teatro Municipal y el Museo de Guarda acogen algunas de las actividades programadas, así como las parroquias de todo el concejo. Una de ellas tiene una tradición muy singular: el día de San Esteban, castañas asadas comienzan a ser arrojadas desde el campanario de la iglesia de Aldeia Viçosa, a unos 10 kilómetros de Guarda. Es el denominado Magosto de la Vieja, un ritual que conmemora cada año la voluntad de una benefactora del pueblo, que no quería que ningún vecino pasara sin castañas asadas esta época.

Volviendo a Guarda, la tarde del 24 de diciembre, al toque de las cuatro campanadas que marcan las 16 horas, se encenderá el Madero, que ya aparece colocado en la Praça Velha. Una hoguera alrededor de la cual se concentran guardenses y visitantes para brindar por los más especiales deseos, un momento de encuentro, alegría y convivencia previo a la Consoada, la cena de Nochebuena.

Toda la animación de Guarda-Cidade Natal permanecerá hasta el 25 de diciembre en ‘La Más Alta’.