Fue el último Pregonero Mayor que prestó su brazo a una Reina del Carnaval vestida de novia
En la jornada del martes falleció a los 79 años de edad en Madrid el sociólogo y periodista Lorenzo Díaz (apodado ‘Mítico Llorens’), que fue el Pregonero Mayor del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo en el año 2013, dándose la curiosa circunstancia de que fue él mismo quién desveló ‘a toda España’ que iba a ejercer ese cargo, en el programa Herrera en la Onda de Onda Cero en el que colaboraba.
En este sentido, a finales de noviembre de 2012, en la sección de toros del citado programa que llevaba Pedro Javier Cáceres, Lorenzo Díaz pidió la palabra para comentar que “he recibido una invitación de Ciudad Rodrigo para dar el pregón del Carnaval Taurino, y quería consultar con usted [qué le parece]”, a lo que Pedro Javier Cáceres respondió que “merece la pena”, opinión que reafirmó después el propio Lorenzo Díaz: “[así que] merece la pena, ¿verdad?”. Horas después, el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo confirmó –antes de lo que estaba previsto- que Lorenzo Díaz era el designado para la cita del viernes 8 de febrero de 2013.
> Aquel 8 de febrero de 2013
Como es costumbre, su protagonismo arrancó en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, firmando en el Libro de Honor del Consistorio, y sacándose las fotos de rigor con la Corte de Honor, dándose la circunstancia de que, a la postre, fue el último Carnaval con Corte de Honor ‘clásica’, de tal modo que Lorenzo Díaz fue el último pregonero en prestar su brazo a una Reina del Carnaval –en concreto a Alba Gómez Elvira- vestida de novia.
En el pregoncillo desde la balconada de la Casa Consistorial, Lorenzo Díaz desveló que 20 años antes había acudido de viaje de bodas a Miróbriga con Concha García Campoy (de quién se separó unos años después), y que se “enamoró de la ciudad”. En aquel instante, dijo que Ciudad Rodrigo “es una de las ciudades más bonitas de Castilla”, mostrándose sorprendido por el hecho de que los medios de comunicación hablen de los Carnavales de Santa Cruz de Tenerife y Cádiz, y se olviden del de Miróbriga, cuando “es mejor”.
A continuación, relató cómo conoció a El Viti en Madrid, y nombres de ganaderos que se le venían a la memoria al llegar al Campo Charro. Lorenzo Díaz finalizó aquel pregoncillo lanzando vivas al Carnaval, a la Radio, a Onda Cero, y “a la autoridad constitucional cuando lo hace bien”. Tras ello, se puso rumbo al Teatro Nuevo, para asistir al acto del pregón en sí, que fue presentado en aquella ocasión por el periodista Fran López Galán.
En el pregón, Lorenzo Díaz quiso hacer un homenaje a la provincia de Salamanca, destacando sus costumbres y tradiciones, aunque para empezar tuvo unas simpáticas palabras por todo lo que estaba viviendo: “tienen ustedes más protocolo que la Corte de los Austrias”. Además, destacó la pertinencia del alcalde Javier Iglesias para traerle como pregonero, y lo “vigilado” que estuvo una vez dio el visto bueno: “he estado más perseguido que Bin Laden para venir aquí”.
En primer lugar, dijo que Ciudad Rodrigo “es un regalo de la historia; lo dice la excelente cosecha de mirobrigenses ilustres” entre los que destacó a Cristóbal de Castillejo, Fray Diego Tadeo González o Fernando Arrabal (de quién dijo que hay que reconocer que “es para regalarlo”). Desde su punto de vista, se trata de “una ciudad con voz propia, prodigio de plenitudes históricas, y que en cada momento dio la talla”, como en los dos asedios de la Guerra de la Independencia o en aquel momento “en la defensa del mundo del toro”.
Lorenzo Díaz expresó en torno a sí mismo que era un “viejo castellano” que con su pregón quería ensalzar “las bondades estéticas, gastronómicas, literarias de una ciudad que es modelo de ciudad bien terminada, blindada por su arquitectura, su lenguaje preciso y por amor a su libertad”.
A partir de ahí, desglosó su vinculación con Salamanca, empezando por sus abuelos, quienes vendían “mantas y chacina de Guijuelo por los campos de la Mancha”. Posteriormente, él mismo se encontró en “los cuarteles civileros” con un guardia de Ciudad Rodrigo para acabar siendo “un fan de Santiago Martín El Viti”. Asimismo, relató que había pasado tardes inolvidables “como Unamuno” en la Sierra de Francia, en La Alberca, y Peñaranda de Bracamonte, además de poner voz en el programa de Carlos Herrera a los jamones de Guijuelo.
En su opinión, Ciudad Rodrigo, “junto a Toro, Sigüenza, Aranda de Duero, y Peñaranda, recogen lo mejor de los pueblos de Castilla y León”. Durante el pregón, volvió a recordar su viaje de novios con Concha García Campoy, añadiendo que en ese viaje le quisieron pegar, cuando cortó una rosa de una casa.
Tras mencionar a Basilio Martín Patino como ejemplo de otro salmantino “con gran musculatura vital”, expresó que “en estos tiempos de cólera y sometidos al chantaje de los nacionalismos periféricos no viene nada mal reivindicar la imagen de Castilla y los castellanos”.
A continuación, dedicó unas palabras a su mundo, el de la radio (recordando que Radio Nacional de España tuvo su origen en Salamanca), y al del toro: “otro de los grandes activos de vuestra cultura: habéis salvado el honor de la fiesta por vuestro entusiasmo”. En esta parte, desgranó cómo se había aficionado a los toros, y lo que autores tan conocidos como Lorca habían dicho de los mismos. Resumiéndolo en una frase, Lorenzo Díaz dijo que “son ustedes depositarios de los dos símbolos que mejor representan a España: el toro y el cerdo”.
Como un paréntesis en su pregón, tuvo unas palabras para ensalzar que el Bolsín Taurino fomenta “una cultura taurina de primera”. Desde su punto de vista, la tauromaquia es “una revolución del pueblo que se le quitó a la aristocracia”, viendo necesario abrir las plazas a los jóvenes para que pueda haber un futuro.
El pregón prosiguió con una de las grandes aficiones de Lorenzo Díaz: la gastronomía, destacando en primer lugar el pan, “que es tan importante en las tierras salmantinas como sus piedras doradas”. En ese instante, recordó todos los “usos” que se le han dado al pan, como la “hermosa imagen ofrecida por cientos de familias bajo las encinas, navaja en mano, abriendo y repartiendo el tesoro del hornazo”.
Posteriormente, se refirió al cerdo ibérico, cuya presencia es “imprescindible en la vida cotidiana del charro”. Asimismo confesó su “pasión” por la morucha salmantina, “que gasta una carne suculenta única a la brasa y bien regada con un Ribera alcanza uno el éxtasis”.
Tras hacer un pequeño elogio sobre la fiesta del Carnaval, que es “la fiesta de las fiestas porque es la manifestación de un pueblo en libertad”, habló sobre su “desbocada pasión” por Ciudad Rodrigo: “he visitado nuestro país ciudad por ciudad. No he visto gente que ame más su ciudad que ustedes”. Ya en su tramo final, dijo que “ahora que la crisis nos azota nada mejor que refugiarnos en las fiestas del Carnaval del Toro”. Como cierre, Lorenzo Díaz lanzó un “vibrante viva de amor a esta hermosa ciudad castellana”.
Finalizado el pregón, Lorenzo Díaz, la Corte de Honor y las autoridades disfrutaron de la tradicional cena de gala, que en aquella ocasión tuvo lugar en el Hotel Conde Rodrigo I. Este Pregón Mayor del Carnaval tuvo su repercusión en el programa donde trabajaba, Herrera en la Onda. Así, tres días después, en pleno Lunes de Carnaval, en la sección de toros del programa, explicó de qué había ido su pregón, comentando Carlos Herrera que había visto varios recortes de prensa donde el pregonero aparecía en “loor de multitudes”.
Asimismo, volvió a alabar Ciudad Rodrigo. Unas semanas después, un día que en el programa estaban hablando de museos curiosos, Lorenzo Díaz puso sobre la mesa el Museo del Orinal, explicando que cuando vino a Ciudad Rodrigo a dar el pregón, tuvo tiempo para visitarlo.