Ayuso y sus ‘palmeros’

Sólo como persona y representante público, en ningún caso como afiliada al Partido Popular ya que ser una mal educada e ignorante política no es cuestión de partidos, en todos hay, el caso es dar con ellas o ellos.

A Isabel Díaz Ayuso no se le puede negar su ascenso meteórico a los más altos cargos de responsabilidad política, sus maneras de ascender dentro del partido es harina de otro costal. Pero sin duda su trayectoria es espectacular.

En apenas 18 años de simple militante de base a presidir su Partido Popular en Madrid y la Comunidad Autónoma, en gran parte debido a sus dudosas formas y su permanente presencia en medios, por un motivo u otro, así como el buen manejo de las redes sociales, no sólo a nivel autonómico sino también a nivel nacional que es el terreno de juego que más parece gustarle, anticipándose siempre a los demás y restando protagonismo a los dirigentes de su partido. Hoy, hagan la prueba sino me creen, si teclean en Google simplemente ‘Isabel’ ella aparece por defecto la primera con casi 2 millones y medio de resultados. No Isabel la Católica, no Isabel Presley ni Isabel Pantoja, ni siquiera Isabel II de España o la difunta Isabel II del Reino Unido; Isabel Díaz Ayuso.

Lo que hoy me gustaría comentar es su peculiar estilo de hacer política. Sus permanentes malas formas, sus agravios permanentes a todo aquel que osara hacerle sombra, su soberbia y frases hirientes; y sobre todo, por encima de todo, su mala educación y su ignorancia política.

En estas últimas y convulsas semanas Isabel Díaz Ayuso se ha superado a sí misma, abusando del insulto, la descalificación y las ofensas mal intencionadas que superar todos los límites de la mala educación y también la falta de formación política. Afirmar que el gobierno de Pedro Sánchez es ilegal, que ha dado un golpe de estado o que estamos en una dictadura pone de manifiesto su ignorancia sobre lo que es una democracia.

Si esto fuera una dictadura, todos esos energúmenos[1] que practican la 'kale borroca' de ultraderechas como hace alguna década lo hacían los que apoyaban a ETA y a los que criticaban, que tratan de justificar su actuación como defensa de la ‘nación’, los primero de España y de Euskal Herria los segundo; y ambos desde un concepto de nación equivocado, todos ellos estarían en la cárcel. Además si lo fuera, una dictadura, deberían estar encantados ya que parecen añorar aquel sistema político que, afortunadamente, dejo de estar presente en nuestro país hace ya mucho tiempo y cuyos símbolos exhiben permanentemente. Y usted estaría con ellos por infamias al régimen.

Si a usted España le debe una por eso de haber sacado a Pablo Iglesias de la Moncloa y poner en sus redes ‘Te han tangao’, lo que además de una falta de educación es una grosera mofa; si a usted alguien le debe algo serán únicamente sus votantes, esos que, incluso en presencia de su jefe el Sr. Feijoó, y sin pudor alguno, le gritaban desaforadamente ¡Presidenta, Presidenta! Sus palmeros, señora Ayuso, sus palmeros.

Esos mismos palmeros que la aplaudían en la Asamblea de Madrid cuando intento explicar de forma rídicula que no llamo ‘hijo de puta’ al Presidente de su país, que dijo ‘me gusta la fruta’; insulto además de ordinario, es machista, y lo hizo porque tal vez crea que aquellos que no aplaudimos sus sus permanentes faltas de respeto somos tontod del culo. Pues sí, Señora Ayuso, su ignorancia democrática y su mala educación son cosas que la descalifican como dirigente político y me producen una gran preocupación.

Y me gustaría añadir un humilde consejo al actual Presidente de su partido: Cuide su silla. Porque el terreno autonómico parece que se le está quedando pequeño a la Presidenta de Madrid y aspira a las ligas mayores. En no demasiado tiempo querrá su cargo para poder postularse como candidata a la Presidencia del Gobierno y luego... ¿Europa? ¿El mumdo?.

Pero no se apure, si eso llegara a suceder (¡Dios no lo quiera!) yo acataría la decisión del pueblo español y en ningún caso le diría por lo bajini que me gusta la fruta o qué pacha, ni tacharía su gobierno de ilegal o ilegitimo, o la acusaría de haber dado un golpe de estado; es lo que tiene creer en la democracia. Eso sí, le puedo asegurar que nunca me encontrará entre sus palmeros.

Y para usted, Señora Ayuso, también un consejo. Lea el libro El arte de insultar del filósofo alemán Arthur Schopenhauer, tal vez consiga al menos hacerlo no de formas tan chabacana si con cierta elegancia.

Turgot, el político, escritor y economista francés dijo: El principio de la educación es predicar con el ejemplo.

[1] Según la Real Academia de la Lengua Española: Personas coléricas y que al enojarse se expresan con violencia.