Las particularidades de la lucha leonesa

La lucha leonesa es considerada como uno de los deportes más antiguos de España y de todo el mundo. Así lo han documentado los libros de historia, que datan su aparición en el siglo XIV, y que ha llegado a nuestros días, aparte de como un deporte, como uno de los mejores ejemplos de la cultura de Castilla y León. Lo que antes era practicado por pastores en el campo, ahora se ha convertido en una disciplina deportiva muy seguida en la zona.

Aunque esta práctica guarda grandes similitudes con otros deportes de combate, como el boxeo o las MMA, muy populares en las retransmisiones deportivas y la variedad de pronósticos de las principales casas de apuestas deportivas, tiene muchas particularidades que la hacen única. Gana aquel que consigue que su contrincante toque el suelo con cualquier parte de la espalda hasta en dos ocasiones. Pero no es solo eso, hay muchos más detalles que a continuación repasaremos.

Breve repaso por la historia

En su origen, la lucha leonesa no fue concebida como un deporte. Nació durante la trashumancia, practicada por aquellos pastores que se hacían cargo del ganado. Por aquel entonces, era una muestra de virilidad y se ponía en juego el honor del hombre, la mujer o la tribu. Esta fue pasando de generación en generación hasta llegar a nuestros días.

Poco a poco se fue entendiendo como un entretenimiento más que como una muestra de fuerza y se fueron poniendo los límites que lo definirían como un deporte de combate. Ya no se trataba de una cuestión de deshonra ni de vida o muerte, pero el objetivo sigue siendo el mismo en cada combate: que el contrincante toque con la espalda el suelo dos veces seguidas.

Cabe destacar que, aparte de ser un deporte muy seguido en la zona, gracias en parte a competiciones como el boxeo y el MMA, tiene un carácter festivo y lúdico. Ejemplo de ello es que se haya ido transmitiendo de generación en generación y que tenga presencia en eventos culturales como fiestas y romerías. Otra manera de reivindicar y dar a conocer las tradiciones regionales.

Hace ya varios años, esta práctica se consolidó cuando nació de manera oficial la Federación Leonesa de Lucha, que lo convirtió en un deporte federado con un reglamento propio y una seriedad más allá de la cuestión folclórica. No es de extrañar que fuera declarada Bien de Interés Cultural en 2017 y que cada vez sean más los jóvenes que se interesen por este deporte noble, tradicional y exigente.

Particularidades deportivas

La lucha leonesa es una competición de dos que tiene lugar en un círculo de diecisiete metros de diámetro. La vestimenta de los luchadores tiene que ser un pantalón corto, una camiseta corta y un cinturón de cuero característico de dos centímetros de ancho. Este último elemento es de suma importancia pues es por donde el adversario debe agarrarse para intentar lograr el objetivo.

Como hemos comentado anteriormente a grandes rasgos, la finalidad es que el contrincante toque el suelo con la espalda. Esto es considerado como una caída y se necesitan dos para lograr la victoria. Pero no termina aquí, también hay medias caídas, que se dan en el caso de que el luchador toque con el vientre o los brazos al suelo o se suelte del cinturón. Todo puntúa y todo vale.

Los movimientos que realizan los jugadores para lograr las caídas son conocidos como mañas. Las hay de diferente tipo para sorprender al adversario. Ejemplo de ello es el golpe de cadera, la media vuelta, el retortijón, las mañas de pierna garabito o el sobaquillo. Todas estas técnicas están en perfecto equilibrio entre la fuerza y la precisión.

Como sucede en otros deportes más convencionales, también hay sistema de liguilla. En este caso se divide en dos periodos anuales: invierno y verano. En cada uno se puede competir contra jugadores cuyos pesos sean similares los unos a los otros. Por eso existen categorías como los ligeros, menores de 68 kilos; medianos, 78; mediopesados, 88 y pesados, más de 88 kilos.