Recuperado en Salamanca un libro del siglo XVI con muy pocos ejemplares en el mundo

El taller de restauración de la biblioteca de la Universidad Pontificia de Salamanca ha recuperado una de las obras más raras que conserva la biblioteca de la Diócesis de Salamanca. Su rareza reside en la escasez de ejemplares que han podido localizar durante el proceso de investigación que han realizado en su recuperación.

La responsable del archivo de la biblioteca de la Universidad Pontificia, Maribel Manzano, detalla que se trata de una obra del siglo XVI, titulada, “Officio de la Semana Santa en Salamanca”, y que fue impresa en la ciudad por Guillermo Foquel, un importante impresor de la época. Como explica esta experta, “es una obra en dos tintas, en octava menor”. Y según se recoge en el informe de restauración, “de formato códice con texto impreso”.

Durante su restauración, como detalla Manzano, se ha realizado una investigación sobre el libro, “y hemos visto que es una obra muy rara que se conserva en poquitos sitios, concretamente, hemos encontrado un ejemplar en un repertorio en Cambridge, en Inglaterra, concretamente, en catálogos de bibliotecas reconocidas”. Lo que se desconoce es si existen ejemplares en colecciones particulares.

Un ejemplar en la Biblioteca Nacional de España

En 2021, la Biblioteca Nacional de España (BNE) adquirió un ejemplar de esta obra, y apuntan que su adquisición, “resulta de interés para la colección de impresos antiguos de la BNE al tratarse de una edición salmantina de la que no se han localizado ejemplares en bibliotecas españolas”. Aunque sí existe en la diocesana, ubicada en la Casa de la Iglesia.

La colaboración de la Universidad Pontificia es fruto de un convenio con la Diócesis de Salamanca en varios aspectos, y uno de ellos es la restauración de obras. Esta pequeña pieza ha sido la primera, “y estaba en bastante mal estado”. La selección del libro a restaurador fue a cargo del director de la biblioteca diocesana, Eloy García. Y como ha adelantado Maribel Manzano, “queremos seguir restaurando estos fondos como parte de la colaboración entre las bibliotecas”. De hecho, ya tienen en mente algún volumen, “como una impresa por Terranova aquí en Salamanca, que es interesante por ser impresa aquí en la ciudad, y por un impresor importante y reconocido”.

En cuanto a los criterios para la restauración, esta experta aclara que valoran varios aspectos, como por ejemplo, el momento en el que se imprimió, la fecha, el propio impresor, y sobre todo, la situación en la que se encuentra el documento”. Asimismo, evalúan su urgencia, “para que no se deteriore más o puede esperar, o dependiendo también de las partes afectadas”.

El proceso de restauración

La responsable de la restauración de esta obra ha sido Katia Martín, del taller de la biblioteca de la Universidad Pontificia de Salamanca, quien reconoce que cuando recibió el libro, “estaba en un estado pésimo en cuanto a la encuadernación”. La cubierta era de piel y con tapas de madera, aunque esta restauradora aclara que lo habitual es que sea de cartón,”y esa madera se había soltado en algún momento, y ese libro fue reparado de una manera un tanto curiosa, que fue juntando las tapas de madera y la piel haciéndole orificios que traspasaban los primeros cuadernillos”, explica.

Tras esa intervención, como indica Katia Martín, “la apertura del libro era muy tensa y dificultaba muchísimo su consulta, y además, ponía en peligro el resto de la estructura, de la costura”. Por ese motivo, uno de los objetivos centrales de la restauración fue retirar ese cordel que aunaba la madera, la piel y parte de los cuadernillos, “con un estudio previo muy exhaustivo de cuáles eran los enlaces, y por qué orificio pasaban todos estos detalles”.

Y una vez retirado, como apunta esta restauradora, “y después proceder a la reparación de la madera de las tapas y a su reintegración física y consolidación, se volvió a unir y a reforzar la parte de la costura que se había debilitado”. En cuanto al cuerpo del libro, matiza que había algunos desgarros, “pero no eran muy marcados”, y Katia Martín procedió a pequeñas reintegraciones. Además, faltaba un bifolio de un cuadernillo que fue reintegrado con papel en blanco, “para dejar testimonio de su antigua presencia”.

La biblioteca diocesana: 49.000 volúmenes

La biblioteca diocesana cuenta en la actualidad con un total de 49.000 volúmenes, repartidos en la sala de lectura y varios depósitos. De ellos, 5.000 pertenecen al fondo histórico, y el más antiguo data del año 1529, que está perfectamente encuadernado y conservado. Otro de los más antiguos es el que ha sido restaurado por la Universidad Pontificia de Salamanca, de 1591, y que como argumenta el responsable de la biblioteca diocesana, Eloy García, “no es fácil encontrarlo en ninguna biblioteca europea”.

En cuanto a la distribución de las obras, en la zona más amplia, están los libros de uso más frecuente, y el resto, en los depósitos. La gran parte procede de donaciones de sacerdotes y seglares.

Entre sus fondos, los libros que están repetidos son reservados para las diócesis más pobres, “en torno a 4.000 volúmenes se han llevado a seminarios nuevos en América Latina, y algunas, con obispos españoles”.

En la biblioteca diocesana colaboran como voluntarios junto a Eloy García otros tres compañeros, volcados en la catalogación de ejemplares en el sistema. El espacio está abierto al público durante las mañanas, de lunes a viernes, de 10:30 a 13:30 horas, en la planta baja de la Casa de la Iglesia.

Fuente, foto y vídeo: Diócesis de Salamanca