Desbordante asistencia de público a la versión más gamberra de ‘La Conjura de Ciudad Rodrigo’

Con la noche del sábado ya caída, llegó el momento de poner en primer plano en la Feria Medieval los hechos históricos que le sirven de contexto: la disputa acaecida en el siglo XIV entre las familias de los Garci-López de Chaves y los Pacheco. Fue, un año más, a través de la representación teatral de La Conjura de Ciudad Rodrigo, a cargo de un amplísimo número de integrantes de la Asociación Cultural Rodericus, que han estado ensayando desde el mes de mayo para este momento.

Como se apuntó desde que se dieron esos primeros pasos, este año se ha ofrecido una nueva versión de La Conjura de Ciudad Rodrigo donde el humor gana incluso más protagonismo, a través de comentarios, gestos o situaciones graciosas (y hasta ‘absurdas’), siendo en su conjunto la versión “más gamberra”, como la definió hace unas semanas en la presentación de la Feria su director, Pablo Moreno.

Este tono más desenfadado conectó aún más con la espectacular cantidad de público congregada para presenciar la obra en los Jardines de Bolonia, donde se habían levantado en los últimos días 3 gradas (una de ellas la gran grada que se monta en el Patio de Los Sitios durante la Feria de Teatro, con capacidad para 500 personas), pero que se quedaron totalmente insuficientes para la altísima cantidad de público que se acercó, algo favorecido por la excelente temperatura que hizo (se pudo cómodamente en manga corta).

De este modo, se tuvieron que quedar de pie (o sentarse en el suelo en los extremos) todos aquellos que se acercaron a escasos minutos para comenzar la obra hasta el Registro, punto de entrada de este año, donde se vio desde el primer momento el interés, ya que la cola hacía un rectángulo completo en el propio Registro, y bajaba hasta la Glorieta del Árbol Gordo. En el acceso a la zona de la función, por el Cuerpo de Guardia, al público le dieron la bienvenida los propios actores de Rodericus, y los escupefuegos del Grupo de Tambores y Malabares Saltimbancos de Santa María (así como integrantes del Grupo Scout Kennedy, que ejercieron de ‘acomodadores’).

En los minutos previos al arranque de la obra se pudo disfrutar, de la mano del Centro de Pilates Tere, de danza del vientre junto al escenario, al cual estaban subidos tocando los miembros del grupo Gaitas Sirigaitas, que también intervinieron en varios momentos de la función. Como es habitual, la obra consistió en una serie de escenas que recrean los hechos históricos introducidas por los narradores, este año 4: Gadea, Samuel el Judío, su primo Pruden, y la novedad, Alexa, contándose además con la participación de tres niños (este grupo se movió por un doble escenario de menor altura que el principal).

En el momento de finalizar la obra, hubo una gran ovación para todos los involucrados, subiendo al escenario Pablo Moreno para mostrar su gratitud al público, a quién recordó que se trata de actores no profesionales que durante varios meses compaginan los ensayos con sus trabajos, todo ello con el objetivo de continuar ensalzando el patrimonio de Ciudad Rodrigo.