¿Pueden expulsarnos de un avión? Sí, y estas son algunas razones

Coger un vuelo siempre resulta de lo más estimulante, especialmente si el destino al que nos dirigimos es el que hemos elegido para pasar nuestras vacaciones. Y es que aunque los meses de verano hayan llegado a su fin, las aerolíneas siguen funcionando a pleno rendimiento llegando a regiones de todo el mundo que ofrecen un atractivo increíble. Sea como fuere, disfrutar de un vuelo cómodo y agradable es de lo más agradable. Precisamente por esa razón las compañías aéreas deben de hacer valer los derechos de los pasajeros, entre los que se recogen conductas que no se deben tolerar dentro de la aeronave.

En efecto, las políticas de pasajeros de los aviones no son fruto del capricho, sino fruto de la necesidad de un código de referencia con el que la tripulación pueda mantener el orden y la organización durante todo el vuelo, especialmente en las horas de trayecto. Si bien se ha escrito e informado mucho sobre los motivos para denegarnos el embarque y los derechos posteriores, poco se ha hablado sobre las razones por las que pueden expulsarnos de un avión sin derecho a nada. En este artículo nos centraremos en esta temática y daremos algunas de las claves que todos los pasajeros debemos conocer.

¿Por qué pueden expulsarme de un avión?

No existe un único motivo por el que este hecho se pueda llevar a término, pero sí podemos asegurar que, de cumplirse, el pasajero en cuestión no tendrá derecho a ningún tipo de reclamación.

No guardar la higiene personal

En efecto, la higiene personal es un aspecto que suele estar incluido en la mayoría de políticas de pasajeros de las compañías aéreas. No es extraño que algún pasajero, especialmente en los meses más calurosos, desprenda cierto olor a sudor. Si no es desmedido, quizá un pequeño esfuerzo será suficiente para soportarlo, pero a veces es exagerado. El exceso de flatulencias, un mal aliento incontrolable o cualquier otra cosa que pueda incomodar al pasaje será un motivo legal para expulsarnos del avión sin que podamos reclamar indemnización.

Nuestro bebé molesta

Las aerolíneas intentan ser comprensivas con los padres que deben viajar con bebés, ya que con ellos no se puede razonar y controlar sus comportamientos efusivos puede ser realmente complejo. La compañía Vueling, por ejemplo, pone a disposición de los padres facilidades y comodidades para adaptar al pequeño al viaje. También insisten en sus plataformas y en la información de los billetes infantiles en que no se olviden aquellas distracciones que sirvan para tranquilizar al bebé. ¡Ojo! Si es contenido audiovisual, deben usarse auriculares.

Si después de todos los intentos, el bebé resulta demasiado molesto, tanto él como sus padres deberán bajar del avión. En este caso la compañía permite a los padres embarcar en el siguiente vuelo hasta que su bebé se calme. En caso de que no nos ofrezcan esta posibilidad, podremos hacer a Vueling reclamaciones por no cumplir con los términos recogidos en su política de pasajeros.

Descalzarnos en el avión

Aunque pueda parecer un capricho de las aerolíneas, un pasajero que se quite tanto los zapatos como los calcetines puede ser expulsado del avión sin que tenga ningún derecho a reclamar una compensación por la actuación de la aerolínea. La primera razón se toca con la higiene personal, ya que los pies suelen desprender un olor molesto. El segundo motivo es una cuestión de seguridad, ya que en caso de evacuación de emergencia, la tripulación debe garantizar que todos los pasajeros se ponen a salvo lo más rápido posible. Estar descalzo podría entorpecer nuestro rescate y el de otros viajeros.

Vestir de manera indebida

Las aerolíneas suelen ser flexibles en cuanto a la vestimenta de cada pasajero, pero sí exigen que en ningún caso pueda ser ofensiva o indecorosa para con el resto del pasaje. Una prenda con la que dejemos ver nuestras partes íntimas, se transparenten zonas eróticas de nuestro cuerpo o contenga mensajes ofensivos con proclamas racistas, políticas o xenófobas, por ejemplo, podrían costarnos la expulsión del avión directamente sin derecho a reclamación.

Embriagarse en exceso

Nada impide, por lo general, que los pasajeros tomen bebidas alcohólicas tanto fermentadas como destiladas, pero sí debemos ser conscientes de que el estado de embriaguez puede suponer la expulsión del avión. Desde el momento en que nuestro lenguaje se vuelva obsceno, nuestro comportamiento agresivo o irrespetuoso o pongamos en riesgo nuestra salud, la tripulación tendrá derecho a ordenarnos que abandonemos el avión sin que podamos hacer nada al respecto.

Tener sexo a bordo

A nadie con sentido común se le ocurriría tener sexo con su pareja o con otro pasajero en mitad del avión, a la vista de todos. Sin embargo, las relaciones íntimas en el baño son una especie de fantasía sexual que muchos intentan satisfacer durante algunos de los vuelos que toman y no son pocos los testimonios de las tripulaciones sobre estas prácticas. Pero aunque pueda parecer una idea estupenda, si nos pillan o el pasaje se queja podemos darnos por expulsados del avión.