El 3º Día | 25 Septiembre

-El sufrimiento por el sol es cosa vuestra: Las actividades de la Farinato Race se iniciaron en la tarde del sábado con una sesión divulgativa con varios ponentes, quienes se subieron al escenario montado en la trasera del Cuerpo de Guardia del Registro, con el público justo delante sentado en sillas. El problema fue que a esas horas el sol estaba ‘haciendo de las suyas’, sufriendo los espectadores más de la cuenta, hasta que en el momento de tomar la palabra uno de los ponentes les hizo ver que este sufrimiento ‘no era ninguna prueba’ del evento, y que podían mover las sillas a la zona anexa de sombra, lo que hicieron la mayoría.

-Enganchones: En la prueba Family/Jóvenes que abrió las carreras hubo varios enganchones con los alambres colocados para obligar a los participantes a introducirse en el agua y el barro generados en las cercanías del Puente de San Felipe. El primero en engancharse fue uno de los dos jóvenes que iban en 4ª y 5ª posición de la carrera, prestándose gentilmente el otro a soltarle, recibiendo la ovación del público allí congregado por el gesto de deportividad. Posteriormente, una chica se enganchó el pelo, logrando por fortuna soltarlo rápidamente.

-Como niños: Como publicamos el sábado, en esa carrera Family tomaron parte varios profesores del Colegio Misioneras-Santa Teresa, que no dudaron en salpicarse entre ellos al pasar por las pozas.

-Hemos quitado los cocodrilos: En esa misma zona, pero en la mañana del domingo, una de las participantes preguntó con todo el miedo y la desconfianza, tras todo lo sufrido previamente, ‘si había algo’ en la poza que tenía agua pero no alambre por encima. En este caso, no había ‘trampa’.

-Manos arriba: También en la mañana del domingo, una de las corredoras que compitió individualmente afrontó esa zona de agua y barro levantando las manos por completo, para extrañeza del voluntario que estaba allí controlando la prueba. El participante de otra de las carreras que estaba en ese instante acompañando a esta chica en su trayecto explicó que, al igual que había hecho él antes, evitaban mojarse las manos para así superar mejor los obstáculos en los que tenían que agarrarse (el ‘problema’ es que muchos ya estaban mojados tras el paso de otros participantes).

-¿Me dejas?: En esa línea, uno de los participantes le preguntó al voluntario que estaba en la mañana dominical junto al obstáculo situado junto a la presa de La Pesquera si le dejaba secarse un poco las manos en el chaleco identificativo que llevaba puesto. Al voluntario le pilló por sorpresa y le dejó.

-Más manos: En el momento de llegar a la zona del río, algún participante ya tenía las manos ‘destrozadas’, por ejemplo, por haberse quemado con algún elemento de los primeros obstáculos, especialmente al bajar demasiado rápido las cuerdas situadas junto a la Puerta de San Vicente. Así, el resto de la carrera fue un sufrimiento para algunos, como para un corredor que en la noche del sábado no podía ya agarrar bien objetos y tampoco podía hacer fácilmente el castigo por saltarse un obstáculo (los burpees).

En la mañana del domingo, le pasó algo similar al participante a cuyas manos pertenece la imagen, que pidió una tirita “o algo” a los miembros de Cruz Roja que estuvieron junto al doble obstáculo de la Puerta de San Vicente. Estos miembros le dieron algo, aconsejándole que nada más pasar la meta se las tratase en condiciones.

-Educación ante todo: En ese punto de la Puerta de San Vicente se congregaron unos cuantos espectadores, a quienes saludó con toda la educación uno de los participantes que salía del foso para afrontar uno de los obstáculos allí situados. En el caso de otro, pese a que eran las 11.30 horas de la mañana, saludó con un convencido ‘buenas tardes’.

-¿Por arriba?: Uno de los primeros obstáculos de la zona inicial eran dos barras –las que aparecen en la imagen- que parecía claro que tenían que pasarse por encima, pese a lo cual unos cuantos todavía preguntaron en voz alta si era eso lo que tenían que hacer (quizá con la esperanza remota de que no fuese tan duro el obstáculo).

-Preparados para cualquier cosa: La zona del río dio mucho de sí a lo largo del fin de semana, empezando por dos participantes que corrieron toda su prueba de lo más ‘preparados’, con manguitos de Nemo, tubos y gafas de bucear, lo que obviamente resultó incómodo a la hora de afrontar alguna de las pruebas fuera de agua.

-Evitando que se moje: A la hora de cruzar por primera vez el Águeda, algunos participantes se las ingeniaron para evitar que algunos elementos que llevaban se mojasen.

-Por armar: Ese primer cruce daba paso a una alambrada electrificada, que muchos aseguraron que no daba calambre, pero a un participante le dio en toda la frente por ‘armar’, al tirar del pie de la persona que iba delante suyo. En otro caso, un participante que ya había salido del agua le ‘recomendó’ de forma irónica a los que venían detrás suyo: “intentad no mojaros, que da calambre”.

-Ah vale, que era corriente: Uno de los participantes cruzó bajo esa alambrada a toda prisa y sintió algo (en el culo según comentó), pero no supo que era corriente eléctrica hasta que salió y se lo dijeron (pensaba que era una alambrada sin más).

-Vicio: A raíz de algún comentario que le hizo el público sobre que la alambrada estaba electrificada, uno de los corredores de las tandas populares de la mañana del domingo dijo “ya, ya”, porque, según él mismo comentó rápidamente, ya había tomado parte en la carrera de 7 kilómetros de la noche anterior (e incluso en la prueba de 3 kilómetros para familias).

-Evacuando agua: Aunque muchos participantes se quejaban del agua con el que salían del paso por el río, apenas uno se tomó la molestia de sentarse para evacuar el agua que fue posible de su calzado. Justo en ese mismo punto, otro participante se preguntó en voz alta todo exhausto: “¿Cuánto queda José Francisco?”, ‘copiando’ la popular frase del Tiempo de Juego de la COPE sobre cuánto falta para que acabe un partido.

-Frontal al agua: En la prueba de la noche del sábado, fue obligatorio lucir un frontal en la frente, para ir iluminando el trayecto. Al pasar por las cuerdas por las que había que ‘vadear’ el río por las alturas, a uno de los participantes se le cayó al agua. El caso es que el participante no se dio cuenta ni al cruzar ni de forma inmediata (ya que iba acompañado de más personas que sí llevaban el frontal encendido), fijándose los que por allí estaban en que de repente había una luz en el agua. Otra de las participantes fue la encargada de rescatar el frontal.

-Lanzamiento de botella: Al llegar a esa zona de cuerdas, un grupo llevaba en la mañana del domingo una botella de agua, que decidieron pasar al otro lado del río lanzándola de orilla a orilla, como si fuera una ‘prueba adicional’. Pese a que parecía complicado, ya que estaba medio llena, la botella llegó al otro lado.

-Mucha mierda: En la Farinato Race tomaron parte en la mañana del domingo el director y al menos una actriz del Taller de Teatro Intergeneracional del Ayuntamiento, que el sábado por la tarde habían actuado en el Teatro. Como muchos participantes, en la Farinato Race acabaron con ‘mucha mierda’ en el cuerpo, haciendo real la popular frase teatral con la que se desea éxito (que viene de siglos atrás, cuando se llegaba en carruajes de caballos a los teatros, implicando el que hubiera muchas heces que había mucho público).

> Fuera de la Farinato Race:

-Demasiada fiesta: En el partido que jugó hace dos semanas el Senior del Ciudad Rodrigo frente al Juvenil de Unionistas hubo un momento en que un jugador visitante le hizo un reproche a un compañero tras un fallo: “tanta fiesta, tanta fiesta...”.

-Haciendo planes: El Prebenjamín del Salamanca CF UDS jugó de rojo la fase inicial del Torneo de Toñete en la mañana del sábado, preguntando uno de los chavalines a su míster al final de la mañana que si no podían jugar de blanco, contestándole el míster que “la final, la final la jugamos de blanco, ¿queréis?”.

-¡Vamos Portugal!: En la categoría Alevín tomó parte un equipo de Guarda, que fue animado en el transcurso de su partido contra el Victoria vallisoletano por los chavales del Ciudad Rodrigo de una forma genérica: “¡Vamos Portugal!”.

-Día grande: Por cierto, que ese día estuvo abierta la puerta de acceso al recinto de los Campos de Toñete más cercana a la escalera que los conecta con la vía anexa, lo que hacía tiempo que no ocurría.

-Con dedicatoria: Cadetes y Juveniles del Ciudad Rodrigo jugaron un amistoso en la tarde del domingo en el Francisco Mateos, que acabó con empate a 2. Los cadetes del Ciudad Rodrigo estuvieron firmando una camiseta para mandarle ánimos a un componente del equipo, Aarón, que ha tenido que ser operado de apendicitis.

-Más goles: De los mirobrigenses que juegan fuera, lo más destacado de este fin de semana es el hat-trick que anotó Jorge Crespo en la nueva victoria del filial de Unionistas FS, por 10-6, ante el River Zamora FS (marcó el 1-1, el 7-3 y el 10-6).