Contando los de última hora (especialmente niños), el evento ha superado finalmente los más de 600 inscritos entre las diversas modalidades
El eje de la mañana dominical de la Farinato Race en Ciudad Rodrigo fueron las tandas destinadas principalmente a equipos (aunque también tomaron parte en las mismas -debido a su carácter popular- deportistas de forma individual o por dúos). Estos equipos lucieron camisetas claramente identificativas (con colores además bastante llamativos), moviéndose por las distintas zonas en grupo.
Esto hizo que, aunque tuvieron que sufrir como todos los involucrados la dureza de los obstáculos, pudieran irse ayudando mutuamente con más facilidad, además de pasárselo en grande la mayoría de ellos. Estos equipos realizaron el recorrido principal de 7 kilómetros, que transcurría por el entorno amurallado mirobrigense (por fosos, contrafosos y adarve de la muralla) y por la zona del río, que volvió a ser la más singular de la Farinato Race en Ciudad Rodrigo (dos participantes corrieron con manguitos para superarla ‘sin problemas’).
Como ocurrió en la prueba nocturna también de 7 kilómetros, los participantes (que calentaron de forma previa con Felipe Ríos) tuvieron que cruzar varias veces el Águeda, cuyas ‘frescas’ aguas causaron sensaciones contrapuestas durante la mañana: algunos expresaron de viva voz su lamento por lo fría que estaba, mientras que para otros fue un alivio, ya que pudieron refrescar el cuerpo del notable esfuerzo que ya llevaban (de hecho algunos no tuvieron prisa en cruzar por algunos puntos). En todo caso, muchos se quejaron de que sus zapatillas pesaban bastante más al salir que al entrar.
En el momento de la salida del primer tramo de agua (en el Canal de La Concha, tras el cual tenían que meterse bajo una alambrada electrificada), una participante ‘motivó’ a sus compañeros de equipo diciéndoles que “de ahí al Conquis”, es decir, que tras afrontar la dureza de la Farinato Race ya están preparados para participar en el reality de aventuras El Conquistador, que acaba de estrenar su versión a nivel nacional en Televisión Española tras ser santo y seña de la televisión del País Vasco (donde se le conoce popularmente como ‘El Conquis’).
Desde el río, todos los participantes ya se dirigieron (tomando la Cuesta de las Emes, aunque desviándose hacia San Pelayo) hacia la parte final de la carrera, en la que se dieron el último ‘chapuzón’ en la zona de barro situada junto al Puente de San Felipe, de la cual pasaron a los fosos de la Rúa del Sol, donde estaban las últimas pruebas. Debido a su céntrica ubicación, este fue el punto donde más público siguió a los deportistas, animándoles de forma notable.
En los últimos metros, los participantes tenían que saltar una línea de fuego antes de cruzar la línea de meta. El último equipo lo hizo justo a las 14.05 horas, cerrándose así una mañana de 5 horas de competición non-stop (que contó con la vigilancia de personal de Cruz Roja). En el momento de llegar el último equipo, todavía se pudo disfrutar de los puestos de diversa índole colocados en el entorno de Bolonia (una caseta con productos de Farinato Race, una barra de bar, una food truck, etc.), donde también se entregaron los diversos premios.