Las negociaciones en las cloacas

Feijóo y el PP se han empeñado en continuar con las políticas que a la derecha le ha dado resultados positivos en algunas otras ocasiones. Me refiero a las negociaciones en las cloacas para conseguir sus objetivos de acceso al poder, porque, para ellos, la máxima Maquiavélica de que “el fin siempre justifica los medios” debe explorarse siempre. Lo hizo Esperanza Aguirre con el “Tamayazo” en 2003, posteriormente M. Rajoy en 2016, cuando consiguió la abstención de diputados socialistas que facilitaron su investidura como presidente del gobierno e intenta hacerlo Feijóo ahora con su hipotética investidura.

No es baladí que en una emisora de radio (Onda Cero) hayan entrevistado a Felipe González hace unos días y éste se haya mostrado crítico con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, porque esté buscando el consenso de todos los partidos políticos –excepto el PP y Vox, que son la derecha más rancia y ultra de Europa- para formar un gobierno progresista. Parece que la derecha rancia quiere explorar y agotar todos los recursos –legítimos e ilegítimos, transparentes y opacos- para conseguir su objetivo.

A Felipe González le ocurre lo que a muchos lideres históricos del PSOE que se quedaron anclados con el criterio autocrático de que el Secretario General de la formación fuera elegido por el “aparato” y no por la militancia. Hay que recordar que ese “aparato” ni quiso a Borrell en su momento –que venció en primarias a Almunia, líder del “aparato”, aunque fuera éste, al dimitir aquél, quien accediera a las generales del año 2000 como candidato; así le fueron las cosas al PSOE en esos comicios, que perdió de forma clamorosa dimitiendo el propio Almunia el mismo día de conocerse el resultado electoral-, ni a Zapatero, que también se impuso democráticamente a sus rivales, ni, por supuesto, a Pedro Sánchez. Lo que ocurre es que éste fue más listo y resistió de forma numantina, venciendo nuevamente en las primarias como Secretario General del PSOE, por segunda vez y obteniendo, primero, la investidura como presidente del gobierno al prosperar una moción de censura contra M. Rajoy en el Congreso de los Diputados, dos elecciones más en 2019 y en estos momentos es el candidato de consenso entre el resto de las fuerzas políticas para ser investido nuevamente jefe del Ejecutivo. Además, en todas las encuestas que se han publicado en los últimos días, los ciudadanos prefieren a Sánchez de presidente que a Feijóo. No estaría mal que González aceptara que la democracia, también en los partidos políticos, es así y se debe aceptar.

Por otro lado, sabemos que PP y Vox están buscando, a la desesperada, gobernar como sea en todas las administraciones territoriales que pueden. Resulta curioso que muchos de los líderes del PP renieguen públicamente de Vox –como hizo la presidenta extremeña y el de Murcia, aunque en privado están encantados de unirse a la ultra derecha- y luego pacten con ellos la constitución de los respectivos gobiernos autonómicos, recortando derechos sociales y las políticas y ayudas económicas para luchar contra la violencia machista e imponiendo las doctrinas de la derecha más reaccionaria al estilo de Donald Trump y de la ultra derecha que gobierna en Italia, como el denominado pin parental y el adoctrinamiento de los alumnos en las escuelas. Con Lopez Miras, como presidente de la Región de Murcia ya son seis las comunidades autónomas gobernadas por el PP cuya investidura ha sido posible gracias al apoyo de Vox.

¿Es ese el gobierno reaccionario que Felipe González quiere para toda España, un gobierno que criminalice y aplaste a las minorías? Ya dijo Abascal que con ellos gobernando ilegalizarían los partidos políticos nacionalistas e independentistas. ¿Quiere el ex presidente volver a las políticas de la dictadura franquista que él mismo combatió antes y después de la muerte de Franco? ¿Se ha dejado seducir Felipe González por los cantos de sirena de Feijóo y los líderes del PP cuando dicen defender más que nadie la Constitución y luego la están sistemáticamente incumpliendo, como, por ejemplo, con su negativa a renovar el CGPJ, porque quieren seguir controlando el Poder Judicial y que no les perjudique ante los presuntos casos de corrupción que están bien ocultos en la trastienda?