Una decena de caballistas ayudados por cinco mansos condujeron sin incidencias los novillos hasta el centenario coso villaviejense
Buena afluencia de público en el encierro a caballo que tenía lugar este miércoles en Villavieja de Yeltes a pesar de ser un día laborable. Pero además de público, el encierro de hoy resultó vibrante, lleno de plasticidad y…, supersónico. Así discurrió el último de los encierros de Villavieja de Yeltes con motivo de sus fiestas en honor a la Virgen de Caballeros, un evento en el que los caballistas demostraron su destreza para guiar hasta la plaza la manada con cuatro erales de Andrés Celestino García y cinco mansos.
Cientos de personas se congregaron en esta última jornada de las fiestas para ver el segundo encierro de los tradicionales de estas fiestas. En esta ocasión se trataba de un encierro con caballos, lo que imprimió mucha mayor plasticidad al festejo, especialmente en el recorrido aún en el campo, donde la manada era conducida al paso hasta unos 200 metros antes de la llegada al caso urbano, donde comenzaba la carrera bajo la guía de los caballistas.
Justo a la hora prevista, la manada se podía divisar desde las primeras edificaciones en la zona de La Viña, a partir de ahí los 11 caballistas imprimían una mayor velocidad a la manada para evitar dejar pensar a los ‘dionisios’, hoy en manos del hijo de ‘Joseto’, introduciéndose en el recorrido urbano sin ninguna incidencia, pues este tramo es el más complicado del encierro.
Con jinetes y astados pisando el cemento no hubo tiempo para mucho más, la manada entró en el coso y tras varias vueltas sobre el albero, novillos y mansos entraron a los corrales bajo la animación de la charanga Al Rojo.
Con los mansos de regreso al embarcadero situado a la entrada del pueblo, se soltaron dos novillos más en las calles para disfrute de los aficionados, encierro que se desarrolló con cada uno de los astados en solitario.
A las seis de esta tarde está anunciada la segunda de las novilladas de estas fiestas, festejo en el que se lidiarán los cuatro novillos del encierro a caballo, bien presentados, y en cuyo cartel están anunciados los alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca, Salvador Herrero y Diego Mateos. Este festejo pondrá punto final a las fiestas.