Tras los fuegos, fue difícil encontrar un hueco en una terraza de la Plaza Mayor... porque casi no había funcionando
Miles de personas de todas las edades disfrutaron en la noche del martes del emblemático lanzamiento de fuegos artificiales del verano mirobrigense, que por segundo año consecutivo tuvo lugar en la velada de la jornada festiva del 15 de agosto. El lanzamiento de este año ha tenido varios matices importantes, como que la empresa encargada del mismo era debutante en Miróbriga, o que ha habido más riesgo de lo habitual, tanto por la situación generada con los Bomberos Voluntarios como por la insuficiencia de cortes de tráfico.
En lo que respecta a la empresa, la encargada del lanzamiento –tras quedarse con el contrato licitado por el Ayuntamiento- ha sido Pirotecnia Pablo SL, procedente de Cangas del Narcea (Asturias), que ofreció un espectáculo que se ajustó a la duración que estipulaba el contrato, 16 minutos (con los habituales cohetes de preaviso cuando faltaban 10 y 5 minutos). En algún momento (sobre todo en el tramo inicial) se vieron algunos fuegos ‘más espaciados’, lo que no se apreció tanto el año pasado ya que todo fue más ‘compacto’ (duró 12-13 minutos).
En todo caso, al concluir el lanzamiento hubo los habituales aplausos por parte de las miles de personas congregadas en el tramo de muralla que da a la zona del río, la Puerta de Santiago, la Cuesta de Santiago, el Puente Mayor, el Puente Nuevo, la Avenida de La Concha, la presa de La Pesquera o la Cuesta de las Emes (varios grupos de jóvenes aprovecharon los escalones de piedra de las curvas para seguirlos sentados). De esas personas, al menos parte de las que estuvieron por la Cuesta de Santiago y la Puerta de Santiago vivieron algún que otro momento de riesgo al concluir los fuegos, por culpa de los vehículos.
Este año, la zona no se había cortado al tráfico lo suficiente, y además de que vehículos estacionados en la propia Puerta de Santiago (donde no se había prohibido aparcar) quisieron salir enseguida (para lo cual tuvieron que dar marcha atrás con el peligro añadido que eso supone entre un ir y venir de personas, incluido niños correteando), hubo unos cuantos coches que llegaron hasta la Puerta saliendo por la bóveda o subiendo por la Cuesta de Santiago, generándose incluso un atasco de vehículos entre la marea humana.
Como añadidos al ‘caos’, hubo un vehículo que al intentar entrar en murallas, se encontró con otro de frente, teniendo que dar marcha atrás mientras ya tenía otros vehículos detrás suyo. Ya dentro de murallas, los que tomaron la calle Puerta de Santiago hacia la Plaza Mayor (la mayoría) se fueron encontrando con vehículos que salían desde la calle Velayos hacia la citada Puerta de Santiago, siendo todo ello un riesgo absolutamente innecesario.
Este riesgo que generó la falta de cortes de tráfico apropiados a la marea humana que se concentró un año más para seguir los fuegos artificiales, se unió al que ya de por sí había al haber dejado de estar al frente del Parque de Bomberos de Ciudad Rodrigo la Asociación Humanitaria de Bomberos Voluntarios, lo que provocó que en la noche del martes la cobertura ante posibles incendios por los fuegos (y por cualquier otra incidencia) fuese mínima.
En años anteriores, los Bomberos de Ciudad Rodrigo solían desplegar 3 vehículos (uno en la Puerta de Santiago, otro en la zona de La Concha y otro ligero en la zona del Puente Romano), con unos 9 bomberos en total, además de estar el habitual turno de guardia de 3 bomberos en el Parque. En la noche del martes, por culpa de la Plataforma de Bomberos Profesionales y del juez que lo ha consentido, sólo había 3 bomberos activos en Ciudad Rodrigo, estando todos ellos ocupándose de la cobertura de los fuegos (lo que lleva a pensar que los fuegos podrían haberse tenido que suspender si un rato antes de su lanzamiento hubiese surgido cualquier otra incidencia que hubiera obligado a movilizarse a esos bomberos).
Junto a esa mínima cobertura de los Bomberos, la velada del martes contó con efectivos de la Policía Local (por ejemplo controlando que nadie entrase a los parkings de La Concha desde los que se lanzaron los fuegos) o de la Cruz Roja (hubo un vehículo en la Puerta de Santiago por si surgía cualquier incidente entre tanto público). Por cierto, que como el año pasado, durante la tarde del martes se rumoreó sin fundamento que los fuegos se habían suspendido.
Aunque los fuegos se han lanzado en la víspera de una jornada laborable para aquellos que no están de vacaciones, la ‘tradición’ manda que, siempre que haga una buena temperatura, tras los fuegos sea casi obligatorio para muchas personas irse a tomar algo. Históricamente, era hasta difícil encontrar una terraza en los establecimientos de hostelería de la Plaza Mayor por su alta ocupación tras los fuegos, y este año también ha sido casi misión imposible encontrarla, aunque por una causa bien diferente: casi todos los establecimientos estaban cerrados.
Yendo incluso más allá que el año pasado (cuando ya hubo varios cerrados), el único que estaba plenamente funcionando era La Tabernita de Pariz, además de la Heladería Menta y Limón, que tenía una cola ‘kilométrica’. Fuera del ágora, sí estaban funcionando las terrazas de las calles San Juan, la Rúa del Sol, Julián Sánchez o la Plazuela del Buen Alcalde (además de los bares de la calle Toro), todas ellas con una altísima ocupación, al igual que ocurría fuera de murallas en espacios como el entorno de La Glorieta, donde era complicado encontrar un espacio para sentarse.