Unas 90 personas degustaron una gran paella a la hora de comer
Con una serie de juegos tradicionales, el Valle de San Martín de Ciudad Rodrigo está cerrando a la hora de publicarse esta información sus recuperadas fiestas veraniegas, que han sido posibles gracias al renacimiento hace unos meses de su Asociación de Vecinos. Tras una noche de sábado muy movida a partir del concierto de Salva Ortega, las primeras actividades de esta última jornada festiva también estuvieron marcadas por la música.
En primer lugar, la Asociación El Botón Charro de Miróbriga se encargó de cantar (tocando además varios instrumentos) la solemne misa con motivo de las fiestas que se celebró al mediodía en la Parroquia del barrio, Nuestra Señora de Fátima, presidida por el párroco, Vidal Rodríguez Encinas. A esta celebración eucarística -en la que estuvo la Directiva de la Asociación en primera fila- asistieron las ediles Ana María Castaño y Raquel Enríquez.
A la conclusión de la misa, la Charanga Manliao se acercó a las puertas del templo a esperar a los asistentes e ir con ellos en pasacalles hasta el parque de la parte trasera del barrio, epicentro de las fiestas. Allí, la Charanga siguió tocando, mientras todos los presentes iban tomando algo en la barra instalada, hasta que llegó la hora de degustar la gran paella preparada en el parque anexo por Paellas San José. Esta paella contó con unos 90 comensales en total.