Para esta operación se ha contado con la colaboración desinteresada del profesor salmantino Miguel Ángel Herrero
Desde la mañana del miércoles vuelve a estar en funcionamiento el singular reloj solar situado en la parte alta de la fachada de uno de los edificios de la calle Puerta de Santiago de Ciudad Rodrigo, que llevaba al menos 35 años (puede que más) sin estar operativo. El reloj está situado en concreto en la denominada Casa de los Amezti, inmueble del que hay datos desde finales del siglo XVII, según dejó constancia la investigadora María Paz Salazar y Acha en un artículo para el Libro del Carnaval del año 2016.
Como se expone en ese artículo, la citada Casa de los Amezti fue reformada por completo en 1988 (ya que estaba en ruina), siendo recuperados de su versión original los dinteles, el escudo, las rejas y el reloj de pizarra, que se cree que puede datar de finales del siglo XVIII, según señala el profesor salmantino Miguel Ángel Herrero, quién se ha ofrecido desinteresadamente a cumplir el sueño que tenían la propiedad de la casa y unos vecinos de que el reloj solar volviese a estar operativo.
El propio profesor explicó en la mañana del miércoles a Ciudad Rodrigo Al Día que es un reloj “con muchos detalles: día, hora y fecha”, y que al ser de pizarra, “está bien conservado”. Según añade, el contar con un reloj de este tipo “daba renombre a la casa donde se ponía”, ya que habitualmente sólo se colocaban en Iglesias y Casas Consistoriales. Además de la propia importancia, “el que lo hizo era entendido”, ya que se trata de “un reloj diseñado para este lugar” (apunta como matiz en este sentido que “no está orientado al sur”), de tal modo que “da la hora local de Ciudad Rodrigo”, sin servir para otro lugar.
Para volverlo a poner en funcionamiento, han sido necesarios dos desplazamientos a Ciudad Rodrigo de Miguel Ángel Herrero (acompañado de su hijo). En primer lugar, el pasado 6 de julio se acercaron para realizar -desplegando sendas escaleras- las mediciones oportunas, calculando la longitud y el ángulo a la hora precisa para ello, las 14.32 horas.
A partir de ello, se ha fabricado el gnomon necesario (entendido de una forma coloquial, ‘la aguja’ del reloj solar), que fue instalado en la mañana del miércoles, por parte de Miguel Ángel Herrero con la colaboración de Antonio y Óscar, de los talleres Cemir, que también han contribuido de forma desinteresada a la vuelta a la vida de este singular reloj.
Ahora, el deseo de los vecinos es que tanto mirobrigenses como forasteros tengan conocimiento de su existencia y ubicación. En este sentido, se le va a solicitar al Ayuntamiento colaboración para colocar una placa identificativa, con las características del reloj solar, y cómo marca la hora y el día. Al hilo de ello, Miguel Ángel Herrero explicó en la mañana del miércoles a los promotores de la recuperación que la costumbre es poner junto a los relojes solares frases en latín alusivas a su funcionamiento.
Como complemento de su estancia en Ciudad Rodrigo, Miguel Ángel Herrero y su hijo se acercaron a la Casa Consistorial para contemplar el reloj solar expuesto en sus bajos, que fue llevado hasta allí hace unos años desde el Parque de La Florida.