Tempus fugit

La locución latina ‘tempus fugit’ se traduce como ‘el tiempo se escapa o el tiempo vuela’. Horacio, uno de los principales poetas líricos y satíricos en lengua latina, completo la frase ‘tempus fugit, carpe diem’; es decir, si el tiempo vuela, aprovechemos el momento.

Y debe ser cierto que se escapa, que vuela, porque ya, casi sin darnos cuenta, estamos en tiempo de verano, un verano que según algunos será ‘azul’. Pero hoy no quiero permanecer en el terreno de los coloridos políticos y compartir algo, no mucho, sobre esa invención humana que llamamos ‘tiempo’ sobre el que se ha pensado, escrito, debatido, polemizado, incluso, profetizado; desde múltiples y variadas posturas, y también con múltiples y variadas conclusiones; y se continúa haciendo.

Mañana da comienzo el mes de julio, tiempo de vacaciones para mucha gente. Serán días se sosiego, de tranquilidad, tiempo para relejarse. Sé que hay muchas personas que cree en el poder sanador de aburrirse o perder el tiempo, pero reconozco que no estoy entre ellos; más bien me situaría muy próximo a la opinión del evolucionista Charles Darwin: Un hombre que se permite malgastar una hora de su tiempo no ha descubierto el valor de la vida.

El tiempo lineal, es decir el que se consume y no puede recuperarse, es una aportación original del pensamiento judío, ya que para casi la totalidad de las culturas anteriores el tiempo era cíclico tanto para los hombres como para los dioses, los animales, en definitiva para todo lo existente. El filósofo alemán Nietzsche, lo expresaba así: Esta vida, tal como tú la vives y la has vivido tendrás que vivirla todavía otra vez y aun innumerables veces; y se te repetirá cada dolor, cada placer y cada pensamiento, cada suspiro y todo lo indeciblemente grande y pequeño de tu vida[1].

Jehová, el dios de los judío, fue creador de todo - En el principio creó Dios los cielos y la tierra (Génesis 1:1) - y este dios sirvió de inspiración tanto al cristianismo como al Islam. Ese dios creador marco el principio del tiempo y también será testigo del final de este - Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mateo 28:20). Así que todo lo que existe tuvo un principio y tendrá un fin hacia el que nos dirigimos linealmente por lo que sólo disponemos de una única oportunidad de vivir cada instante, pues con cada uno de ellos, hagamos algo o no hagamos nada, vamos consumiendo el tiempo que nos ha sido dado.

Para Aristóteles el tiempo es lo que hace posible que observemos el movimiento. Para Plotino, discípulo de Platón, el tiempo es la imagen móvil de la eternidad. Newton, ya en el siglo XVII, afirmo la existencia de dos tipos de tiempo, uno absoluto y otro relativo. Kant pensaba que es sólo una intuición innata y parte esencial de los seres humanos para poder conocer la realidad. Para el pensador alemán Martin Heidegger, hay un tiempo propio y un tiempo del mundo. Para muchos historiadores el tiempo es el que hace posible la Historia. Tratar de definir qué es el tiempo ha traído de cabeza a muchos y lo sigue haciendo, en realidad a todos, lo que pasa es que no le solemos prestar atención, pero pasar, pasa.

Algunos piensan que el tiempo termina por poner a cada uno en el lugar que merece, porque es un implacable juez. Otros que es el mejor maestro para aprender a vivir, pero el compositor romántico francés del siglo XIX Hector Berlioz escribió: Se dice que el tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus discípulos. Charles Chaplin pensaba que el tiempo es el mejor autor porque siempre encuentra un final perfecto.

También están los que piensan que el tiempo lo cura todo, pero entre ellos no encontraremos a Rose Fitzgerald Kennedy, madre de presidentes y senadores estadounidenses: Se dice que el tiempo sana todas las heridas. No estoy de acuerdo con eso. Las heridas permanecen. Con el paso del tiempo, la mente las cubre con cicatrices y el dolor disminuye, pero nunca desaparece.

En un libro del psicólogo y filósofo holandes Douwe Draaisma titulado ¿Por qué el tiempo vuela cuando nos hacemos mayores?, podemos leer: Nadie puede dejar su mente totalmente en blanco y experimentar un trocito de tiempo totalmente vacío. El tiempo vacío no existe, así como tampoco existe el vacío absoluto, pues se llena furtivamente de fragmentos de pensamientos, sensaciones y recuerdos. Y cuando más años tiene uno, pues más pensamientos, sensaciones y recuerdos, acumula.

Y yo me pregunto ¿qué se podría experimentar en un trocito de tiempo totalmente vacío?, claro que la psicología no es mi fuerte y tampoco estoy seguro de que el ‘tiempo’ exista como algo independiente de nosotros. Una respuesta podría estar en el poema de Antonio Machado: Al andar se hace camino/Y al volver la vista atrás/Se ve la senda que nunca/Se ha de volver a pisar/Caminante no hay camino sino estelas en la mar. ¿Será el tiempo el que nos hace percibir que caminamos?

Como verán son muchas las formas de enfrentarse al problema del paso del tiempo, las hay para todos los gustos, pero lo interesante es encontrar la que nos sirva a nosotros para gastar de la manera eficaz el nuestro ¿No creen que todo sería más fácil si el tiempo fuera cíclico? ¿o tal vez no?

Procuren pasar un buen tiempo de verano porque es casi seguro que no volverá.

[1] La gaya ciencia. Friedrich Nietzsche, 1882