La ignoran para que no exista, pero sigue envenenando.

Un año más Ecologista en Acción publica su informe sobre la Calidad del Aire en España, en 2022, con los datos oficiales de 777 estaciones de medición repartidas por todo el territorio, de Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), algunas autoridades portuarias y aeropuertos. En los últimos años casi toda la población española y europea respira aire contaminado, incumpliendo estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizados en 2021. Las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la OMS sobre su repercusión sanitaria son muy preocupantes. 300.000 muertes prematuras en Europa, 25.000 en España, en 2020 por la mala calidad del aire.

Respirar aire limpio y sin riesgos para la salud es un derecho humano. Está demostrado que la contaminación atmosférica causa daños a la salud y al medio ambiente. Es un problema local, pero también global al viajar contaminantes largas distancias (como en Castilla y León). El coste económico de esa mortalidad prematura y la pérdida de trabajo fue cuantificado en 2013 por el Banco Mundial en 38.000 millones de euros, el 3,5 por ciento del PIB español de ese año. Sin considerar los daños provocados a cultivos, ecosistemas naturales u otros bienes diversos.

La reciente y trágica pandemia ha evidenciado cómo las emisiones originadas por el tráfico motorizado están en el origen del problema en nuestras ciudades, y en menor proporción las causadas por calefacciones, así como por el tráfico marítimo y aéreo en ciudades con puerto y/o aeropuerto próximo. Es, en última instancia, el uso masivo de combustibles fósiles en el transporte y la industria la causa de la mala calidad del aire, y de otros graves problemas ambientales como el calentamiento global del planeta.

En Castilla y León, tras finalizar las restricciones por la COVID-19, las partículas volvieron a afectar a todo el territorio, superando valores recomendados por la OMS. Los peores registros se produjeron en Salamanca y Valladolid, por encima de los nuevos límites legales propuestos por la Comisión Europea. Afortunadamente los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) disminuyeron el 12% de la concentración del periodo 2012-2019, pero todas las estaciones urbanas excedieron las nuevas guías anual y/o diaria de la OMS.

Los niveles de ozono (O3) fueron significativamente más altos que durante la pandemia y años anteriores, por las elevadas temperaturas en primavera y verano. Se superó del valor objetivo legal para la protección de la salud un 3% respecto al periodo 2012-2019, pero se redujo en lo recomendado por la OMS. Si la estación de El Maillo mantiene datos preocupantes, en Salamanca disminuyeron de forma muy importante, con una reducción del 67% en el número de días por encima del objetivo legal.

No olvidemos los traslados de estaciones de tráfico que superaban NO2 y partículas a emplazamientos con poco tráfico. Con ello los datos dejan de ser representativos y distorsionan la serie histórica, impidiendo la correcta evaluación de la contaminación atmosférica y su incidencia sobre la población. Ecologistas en Acción realizó tres campañas propias de medición en las ocho principales ciudades de la Comunidad, la última en accesos a centros escolares. Pudo comprobar cómo las estaciones oficiales supuestamente orientadas al tráfico registran de promedio la mitad del NO2.

En definitiva, vuelve la “normalidad”, inexistente según algunos. Hay quien se rebela contra el Gobierno por mantener medidas de ahorro energético, a pesar de ser la más importante en cualquier caso. Según parece es mejor derrochar energía contaminante (con puertas siempre abiertas, por ejemplo), importada con el consiguiente gasto para el país y su habitual balanza de pagos deficitaria, que avanzar en un modelo más sostenible y justo para toda la ciudadanía.

^{Nota: El cuadro de Niveles máximos de contaminacion aparece en un artículo de ISGlobal, el ultimo es de este artículo de energias-renovables.com, el resto pertenecen al Informe de Ecologistas en Acción.}