Supervivientes

Otro año más el día quince de junio hemos hecho deporte, hemos impuesto las bandas, nos hemos emocionado con las canciones, hemos limpiado la ribera, hemos aprendido plantas y aves y hemos surcado el río Tormes en piraguas. Finalmente la noche nos impactó con nuestros niños alternativos de fuego y los barcos iluminados.

Un regalo a la ciudad, sin ninguna ayuda económica y más de mil personas siguiendo el pasacalles.

Un impacto para mucha gente de la ciudad desde una Casa Escuela abierta.

También inauguramos las placas solares donadas por energías sin fronteras. Personas venerables que hacen de ángeles de la guarda.

Un día de belleza interior y exterior. Nos reímos y también lloramos, treinta años en esto y cada día lloro más. No controlo la emoción de cada vida agredida. La impotencia ante sus esperanzas. Las limitaciones de mi persona. Para nada soy trágico y siempre veo lo positivo.

Nuestros niños y niñas son únicos, merecen las mil oportunidades. Los ojos externos lograron ver la magia de sus corazones, el sentido de pertenencia a una tribu.

Aéreos, malabares de fuego, percusión y barcos de colores con la catedral al fondo, de fondo una voz de nana a la orilla del río de una vida con cataratas contra corriente.

Es un día especialmente espiritual y transcendente, se juntan muchas creencias en una sóla. Se expresa el mestizaje y la biodiversidad. El poder de la sensibilidad y el sentimiento se hace inmenso. No sé cómo resonará en los poderes fácticos pero la vulnerabilidad no es rendición, ni debilidad son ganas de mejorar el mundo. Una agresión menos, un plástico menos, un suicidio menos, una sonrisa más y un auténtico abrazo.

Todos tenemos nuestros demonios, pero este día se queman en su propio fuego y se cambia la mirada de unos ojos transparentes.

Esta semana hemos cabalgado con los niños de Puente Ladrillo, hemos titulado a los supervivientes y preparamos la navegación de nuestras furgonetas para rehabilitar otra escuela en Marruecos. ¿ Exagero diciendo que son héroes?. Incluso huyendo de sus padres son capaces de hacer el bien y preocuparse por los demás. ¿ Estos son los malos?. Ya os digo que no. Conversamos para el cambio, estudiamos para transformar la sociedad hacia una mayor justicia y cohesión social. Somos ambiciosos porque arriesgamos mucho buscando el verdadero amor, el sano, el incondicional. Buscamos la excelencia de las relaciones y la no discriminación de la soledad y el abandono.

Nos implicamos en cada causa porque todo nos importa. Todos nos importáis.