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Masivo y sentido respaldo de los mirobrigenses a sus bomberos centenarios en su forzada despedida
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CIUDAD RODRIGO | BOMBEROS

Masivo y sentido respaldo de los mirobrigenses a sus bomberos centenarios en su forzada despedida

Actualizado 13/06/2023 00:45
David Rodriguez

La Asociación Humanitaria de Bomberos Voluntarios tuvo que sacar del Parque los vehículos de su propiedad

Como un claro símbolo de lo que puede estar por venir para Ciudad Rodrigo y su comarca (desde las 22.00 horas de la noche del lunes sólo hay 1 bombero –interino- en el Parque mirobrigense, cuando lo habitual eran 4 –un interino y 3 de la Asociación-), un fuerte relámpago en el horizonte acompañó el cierre definitivo a eso de las 22.20 horas de la concentración de apoyo desarrollada coincidiendo con el momento exacto del cese de la actividad de la Asociación Humanitaria de Bomberos Voluntarios.

Aunque la convocatoria se había lanzado apenas a última hora de la mañana del lunes, el deseo de mostrar de forma rotunda el apoyo a los Bomberos que durante 123 años se han encargado de velar por Ciudad Rodrigo y su comarca (e incluso territorios limítrofes) hizo que una auténtica marea humana (alrededor de 2.000 personas) se acercase hasta las inmediaciones del Parque situado en la calle Voladero media hora antes de las 22.00 horas, la hora fijada para el cese.

Entre esa marea humana había personas de absolutamente todas las edades, viéndose lágrimas entre los bomberos, los miembros de la Directiva de la Asociación, los numerosísimos familiares que se habían acercado, e incluso en personas que no tenían vinculación directa, siendo las sensaciones más repetidas la piel de gallina que se les puso a muchos por lo que se estaba viviendo allí, y la absoluta incredulidad por la situación en general. Instantes antes de las 21.30 horas, se desató una primera fuerte ovación, intercalada con el sonido de la histórica sirena de la Asociación, situada en lo alto de la Torre de Prácticas.

En un momento dado, tomó la palabra el presidente de la Asociación Humanitaria de Bomberos Voluntarios, Jesús Muñoz, quién dio las “gracias por el apoyo y la presencia” de parte de la Junta Directiva y de los bomberos, resaltando que era “un día muy triste para todos”. En esa intervención, Jesús Muñoz puso sobre la mesa el “compromiso con todos vosotros”, anunciando que “nos ponemos a disposición de manera altruista para estar siempre con vosotros y poder seguir ayudando cuando lo necesitéis”, recalcando así que “contéis con nosotros: nos ponemos a vuestra disposición”.

En esos instantes se pudo oír entre la masa humana un claro ¡Viva los Bomberos Voluntarios de Ciudad Rodrigo! antes de que tomase la palabra el comandante de los Bomberos, Chicho Pellicer, para dar asimismo las “gracias por el apoyo”. Acto seguido pidió algo que heló la sangre de la mayoría de los que estaban allí, ya que vieron que aquello era totalmente definitivo: que les abriesen camino a las puertas del Parque para proceder a sacar del mismo los vehículos que son de la Asociación. Esta salida se produjo también en medio de otra emotiva ovación.

En ese momento, y de forma espontánea, buena parte de los presentes salieron andando calle Voladero arriba detrás de los vehículos de los Bomberos, tras los que se colocaron también los tres vehículos sanitarios que se habían acercado a la concentración (otras cuantas personas se quedaron en las inmediaciones del Parque, entre ellos los directivos de la Asociación y los bomberos que no habían salido montados en los vehículos). A través de la calle Voladero, los vehículos y la masa humana salió a la Avenida de Béjar, llegando hasta la Glorieta del Árbol Gordo.

En ese momento, los vehículos de Bomberos (con las sirenas puestas) fueron a hacer un recorrido por más zonas (llegando al recinto amurallado), mientras que los manifestantes se quedaron en la Glorieta del Árbol Gordo, esperando su regreso, que se produjo unos minutos después. En ese instante, dieron varias vueltas a la Glorieta antes de marcharse definitivamente por la Avenida de España entre los aplausos de todos los presentes, entre ellos también el personal de los vehículos sanitarios y los agentes de la Policía Local que se habían ocupado de vigilar el desarrollo de la concentración, que se deshizo instantes después coincidiendo con ese relámpago en el horizonte que mencionábamos al principio.