En el transcurso de la procesión desde el Convento de las Carmelitas hasta la Iglesia de San Andrés se rezó el Santo Rosario
Por iniciativa de la Parroquia de San Andrés y de la Asociación de la Medalla Milagrosa, en la tarde del miércoles se llevó a cabo la segunda edición de la procesión callejera de la Virgen de la Medalla Milagrosa estrenada el año pasado, cogiendo el relevo de la que se hacía en el interior de la Residencia Mixta Provincial hasta la llegada de la pandemia (la Virgen procesionaba por el patio del recinto).
Como en la edición inaugural, esta procesión callejera (controlada por la Policía Local) fue desde el Convento de las Madres Carmelitas hasta la Iglesia de San Andrés, por las calles Rastrillo (donde hubo una pequeña parada a las puertas del Convento de Las Claras), Santa Clara y San Antón, estando arropada la Virgen por un amplio número de fieles de todas las edades, entre ellos unos cuantos niños.
Todas esas personas iniciaron la tarde en el interior de la Iglesia del Convento de las Madres Carmelitas, donde arrancó el rezo del Santo Rosario, que continuó por las calles y concluyó en la Iglesia de San Andrés (allí se rezaron los dos últimos misterios), todo ello bajo las directrices del párroco de San Andrés, Tomás Muñoz Porras, quién estuvo acompañado por Víctor Manuel Sevillano. Como remate de la tarde, se ofició una eucaristía en la Iglesia de San Andrés.