Récord histórico en una Media con aire a favor, más ambiente y más atletas con acento luso y vasco
Un total de 311 atletas alcanzaron la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo, además de 30 equipos de relevos
Sancti-Spíritus y Ciudad Rodrigo quedaron unidas un año más en la mañana del último domingo de abril por la legión de participantes en la XVI Media Maratón entre ambas localidades promovida por los clubes Rincón Oeste y Cazahítos, con la colaboración de los Ayuntamientos de ambos municipios, la Diputación de Salamanca, la Delegación Salmantina de Atletismo, un amplísimo batallón de voluntarios, varias entidades (Cruz Roja, Policía Local, Guardia Civil y Bomberos) y múltiples casas comerciales.
La Media Maratón arrancó como siempre en la Plaza Mayor de Sancti-Spíritus, hasta donde habían ido llegando los atletas en las horas previas, muchos de ellos en los autobuses fletados por la organización desde Ciudad Rodrigo. La prueba se puso en marcha con estricta puntualidad, dando los atletas un par de vueltas por la localidad antes de poner rumbo a Miróbriga, en una mañana con una climatología muy favorable, ya que hacía una temperatura óptima, y el sol se alternó con las nubes en el tiempo que duró la carrera.
Asimismo, sopló el aire a favor de los corredores, especialmente en la primera mitad de la prueba, lo que hizo que llegasen ‘más rápido’ a Ciudad Rodrigo y que cayese incluso el récord histórico de la prueba, que databa del año 2016. En concreto, el vencedor masculino, Javier Alves Bas, que ya ganó el año pasado, tardó 1h.07’40”, 16 segundos menos que Roberto Bueno hace 7 años (en 2022, Javier Alves se quedó a sólo 7” del récord). En lo que respecta a las chicas, la ganadora, Verónica Sánchez, tardó 1h.19’17”, lejos del récord femenino (1h.17’38”, logrado por Gema Martín en 2014), pero bastante mejor que el año pasado (la ganadora empleó 1h.21’56”).
El 2º clasificado en la mañana dominical fue Antonio Silva, el primero de los numerosísimos atletas de Portugal que han tomado parte este año en la carrera (algunos incluso entraron con banderas de su país) pese a la ausencia del club más clásico de la cita, la Casa do Povo Mangualde. Asimismo, fue destacado el alto número de atletas llegados del País Vasco, incluido en las modalidades por relevos. Además, se tiene constancia de una persona llegada expresamente desde Málaga para disputar la carrera.
Por supuesto, hubo muchísimos salmantinos corriendo, entre ellos unos cuantos mirobrigenses, que obviamente se llevaron, por aquello de ser conocidos, ánimos adicionales por parte de todas las personas que estuvieron presenciando la llegada de la prueba por las calles de Ciudad Rodrigo (en líneas generales, se notó más ambiente, incluido en el ágora mirobrigense, que en 2022). Entre los más aplaudidos estuvo Vicente Martín, participante en silla de ruedas.
En total, acabaron por entrar en la línea de meta de la Plaza Mayor 311 atletas en la modalidad individual y 30 en la modalidad por relevos (frente a los 280 y 23, respectivamente, del año pasado), aunque este año, quizá más que nunca, a los últimos relevistas se sumaron los que habían hecho los relevos previos, de tal modo que hubo llegadas más multitudinarias de lo habitual. Los últimos dos atletas en cruzar la línea de meta lo hicieron cuando el reloj marcaba 2h.18’49” (es decir, 3’49” más allá del tiempo inicialmente permitido).
Al ir cruzando la línea de meta, hubo muchos gestos de alegría y dedicatorias al cielo (como es habitual, hubo algunas camisetas de homenaje, e incluso las acompañantes de un atleta lucieron una pancarta invitando en general a no rendirse), al mismo tiempo que otros atletas entraban con mucho sufrimiento (la que ‘peor’ entró fue una chica casi al final que requirió asistencia médica).
En el momento de entrar, todos los atletas recibieron la medalla de ‘Finisher’ incorporada el año pasado al evento y la bolsa del corredor, además de poder recoger las pertenencias que habían dejado en la salida (y que estaban custodiadas por los Bomberos). Una vez entraron los últimos atletas, comenzó a toda velocidad el desmontaje de todos los elementos desplegados por la Plaza Mayor, para ir lo antes posible a la ceremonia posterior en el Pabellón de Conde de Foxá.