Crisis educativa y de valores

Estamos en una crisis educativa sin precedentes. Es la alerta que lanzan las organizadoras de la Campaña Mundial por la Educación (CME). Sin cumplimiento del Objetivo La tasa de fracaso estudiantil entre jóvenes de 18 a 24 años, España, se sitúa en el 16%, casi seis puntos por encima de la media europea y sólo superada por Rumanía. Los enfoques actuales de la igualdad de género para luchar contra esta lacra es una cuestión global, y en este sentido España debe contribuir.

Un instrumento clave es el financiero. Por ello la CME exige al gobierno que aumente la financiación de la cooperación española en materia educativa y para destinar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), del que un 20% debe estar destinado a la educación; y un 10% de la AOD para Ayuda Humanitaria. La actual prestación es un desastre. La buena educación es clave para afrontar las violaciones de derechos de las niñas en todo el mundo: como el matrimonio infantil (una de cada cinco mujeres jóvenes se casa antes de los 18 años, y se estima que en esta década 150 millones de niñas serán obligadas a casarse), la violencia de género (15 millones de niñas de 15 a 19 años han sido víctimas de relaciones sexuales forzadas), los embarazos precoces y no deseados (en todo el mundo en desarrollo casi 1 de cada 3 mujeres jóvenes que dio a luz antes de los 19 años), el trabajo infantil etc.

A pesar de que el nivel educativo ha aumentado en general, todavía el 14% de los adultos - jóvenes (de 25 a 34 años) en la OCDE abandonaron la educación sin uno de estos títulos, lo que supone 5 puntos porcentuales menos desde 2011. En España, el porcentaje pasó del 35% en ese año al 28% en 2021. De acuerdo con los últimos datos del informe PISA, nuestros estudiantes dedican seis horas y media diarias a la realización de tareas en casa. Según indica el estudio, en el resto de países europeos la media se sitúa en 4,8 horas. Los niños de primaria pasan 23 horas más que los de los países vecinos, sin embargo, el problema se agudiza en la etapa de secundaria, ya que los alumnos pasan más de 162 horas adicionales cada año a tareas extra y obligatorias.

Otra de las causas que han promovido el abandono escolar en España es el acoso escolar. De acuerdo con un informe de la Fundación Alternativas sobre Impacto del acoso escolar en el rendimiento académico en España’, el problema genera un impacto negativo en las habilidades evaluadas, lo que supone la pérdida de 3 a 5 meses de educación formal. La violencia en clase deteriora el desarrollo de habilidades sociales, como la empatía, el miedo o ira. Además, las consecuencias crecen con el paso del tiempo, lo que supone miedo por asistir a clase, depresión, ansiedad o ideas suicidas.

Tanto España como el resto de países de la Unión Europea se enfrentan a otros desafíos educativos orientados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda de 2030, marcada por Naciones Unidas. El sistema educativo afronta nuevos retos como es la estandarización de pruebas de los estudiantes o la flexibilidad de los itinerarios educativos con el fin de prevenir el abandono escolar. Se potenciará la formación inicial del profesorado, implementándose el desarrollo de programas que aporten herramientas a los docentes como el plan de Digitalización y Competencias Digitales del Sistema Educativo del Ministerio de EducaA

Ha aumentado o peor no se había detectado los problemas de TDA-H. Ejecutar un plan individualizado para cada alumno es irrealizable. Se necesitaría trabajar en grupos de 6-8 alumnos pero el estudiante necesita socializarse y aprender en grupos más amplios. Hay que conocer el estilo de aprendizaje de cada discipulo, para potenciarlo e ir modulándolo al trabajo en grupos de distinto tamaño, Esto se consigue con profesores bien formados y organizaciones de centros flexibles, que no son frecuentes en nuestro sistema. Cuando algo falla fallamos todos, la sociedad, el estado, el colegio. Uniéndonos consigamos que el fracaso escolar disminuya, creemos alumnos libres y bien formados para enfrentarse a las dificultades que la vida les presente.