Sentimientos viajeros
La población siente necesidad de salir, viajar, y, en cuanto que tiene oportunidad, se echa a la calle. Así lo pone de manifiesto lo ocurrido durante la Semana Santa que acaba de pasar, en la que se ha batido récord histórico de turismo y hasta de pasión por vivir algo diferente a la cotidianidad, ya sea en la playa, en la montaña, o culturalmente con vinculación a las tradiciones. Sentimientos viajeros efervescentes.
A las imágenes de grandes avenidas semivacías durante la Semana Santa, como la Castellana, espina dorsal del gran Madrid, se anteponen estampas de ciudades como Salamanca, repletas, saturadas de gente que inundan calles, cafeterías, restaurantes u hoteles y que engrosan el seguimiento de procesiones, como cofrades espontáneos o como espectadores viendo pasar el sentimiento de los pasos de Semana Santa.
La celebración de la Semana Santa salmantina ha cumplido este año el vigésimo aniversario de su declaración como Fiesta de Interés Turístico Internacional, un valor en alza con sello de identidad propia para una ciudad singular. Vecinos y visitantes han podido sentir y disfrutar unas calles engalanadas con vinilos que embellecieron el camino hacia las catedrales. El volumen de turistas internacionales ha superado los niveles máximos prepandémicos de 2019.
El turismo rural ha dado muestras de su vigorosidad. Comarcas como la Sierra de Francia en el sureste salmantino, han alcanzado parámetros de un lleno casi total. Resultaba poco menos que imposible encontrar un lugar donde pernoctar o comer. Y es que al atractivo turístico de la naturaleza y el patrimonio se unen algunas tradiciones únicas como la que se da en Cepeda, que consiste en la colocación del Ramo en la noche del Sábado Santo: esa noche, los mozos se reúnen en una bodega, comen la bolla (pan amasado con azafrán) y luego van a cortar el Ramo (de laurel) para colocarlo en el balcón de la chica que le gusta o de su novia. Si están prometidos el Ramo se adorna con naranjas y rosquillas. Bonito gesto, aunque su práctica vaya disminuyendo.
En general, los hoteles estuvieron por encima del 90% de ocupación en buena parte del país, registrando así un balance récord anual tanto en visitas como en ocupación y recaudación. Recuperando con creces en estos días los niveles de turismo anteriores a la pandemia. Valoraciones políticas aparte, lo importante es que la gente puede salir y que el sector turístico vuelve a brillar con energía propia y con el contento de los empresarios que lo dinamizan.
La Semana Santa es el periodo del año en el que se produce, en un corto espacio de tiempo, un importante éxodo de personas y vehículos desde los núcleos urbanos hacia otros espacios, propiciado por las festividades; las vacaciones escolares, universitarias y de combinaciones personales; el comienzo de la primavera y la multitud de actos religiosos con fuerte tradición popular en una gran parte de España.
Para la movilidad y la circulación de vehículos por la red española de carreteras y autovías, la Semana Santa son las fechas más conflictivas del año, porque se producen millones de desplazamientos en un corto espacio de tiempo, con origen y destino similares y realizados en los mismos espacios de tiempo.
La escapada urbana de Semana Santa, con salida de la ciudad hacia el campo, la playa, la montaña o al extranjero, afecta a todo el territorio nacional. Cada ciudadano elige su destino apetecido. Las estadísticas indican que más de 500 municipios españoles multiplican su población por dos en esos días y que en unos 2.500 pueblos crece su población más de un 50% en las mismas fechas. En las 50 ciudades más grandes de España, uno de cada cinco vecinos salió de viaje durante la última Semana Santa, según indica El PAÍS, con datos procedentes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Con esta actividad ciudadana, el dispositivo montado por Dirección General de Tráfico (DGT) contemplaba 16 millones de desplazamientos durante la Semana Santa, con las oportunas operaciones de salida y retorno a los lugares de residencia. Además de los ya habituales consejos de no conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas, máxime, cuando las estadísticas confirman que el alcohol está presente en uno de cada tres siniestros de tráfico mortales.
Cuesta entender cómo con la situación general tan poco halagüeña que hay, la inflación, la subida de los tipos de interés que encarecen las hipotecas y otras dificultades, no se frenen las ganas de la población a salir y disfrutar. El tiempo acompaña y los destinos más demandados son las costas, las islas y el interior peninsular. A media distancia, los españoles prefieren las capitales europeas y los países del arco mediterráneo como Túnez, Marruecos, Egipto, Turquía, Jordania o Chipre, mientras que el Caribe y Estados Unidos son los preferidos en largas distancias. En cuestiones turísticas, parece que recuperamos la senda de la normalidad y que hemos aprendido a vivir con la incertidumbre.
Escuchemos La Canción del Costalero con Los Mairena:
https://www.youtube.com/watch?v=Bvo-eAKHw9U
© Francisco Aguadero Fernández, 14 de abril de 2023
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