El Festival principal de La Charrada 2023 alcanzó las tres horas de duración
Con un calor más veraniego que primaveral (el termómetro de la Farmacia Dorado, que estaba a la sombra, marcaba 24ºC en torno a las 18.00 horas), la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo albergó durante la tarde del Sábado Santo el festival principal de la Fiesta de La Charrada 2023, que acabó por alcanzar las tres horas de duración, durante las cuales pasaron por el escenario montado a los pies de la Casa Consistorial un total de 9 grupos (más uno ‘extra’).
Todos ellos -junto a tamborileros e integrantes de los grupos locales que habían actuado por la mañana- llegaron a la Plaza Mayor en un pasacalles que se puso en marcha a las puertas de la Casa de la Cultura, recorriendo los soportales de la Plazuela del Buen Alcalde para salir a Julián Sánchez y girar hacia Cardenal Pacheco para entrar en el ágora, donde había bastante público, sobre todo en las terrazas, pese al calor que hacía. En ese trayecto, por cierto, hubo varias ‘cogidas’ por parte del ‘toro’ del grupo de Las Hurdes participante en el Festival.
Esta cita, presentada por José Ramón Cid Cebrián, fue abierta por un grupo procedente de Candelario en representación de una comarca habitualmente ajena a La Charrada, la de Béjar. Este grupo, que lució su típico traje choricero, interpretó un par de jotas (una de ellas el baile típico de La Mariantonia). A continuación, se pasó a la Sierra de Francia, con personas llegadas de La Alberca (incluido el tamborilero), Cepeda, Sotoserrano y Mogarraz (en concreto, el popular bailador ‘Poldo de Mogarraz’), que ofrecieron un picao, una jota y un fandango.
De ahí se saltó al Campo de Peñaranda, con protagonismo para la dulzaina castellana a través de integrantes de la Escuela de Dulzaina de Macotera. Este grupo, que ya había tocado ‘fuera de programa’ por la mañana, brindó un tema instrumental y tres piezas bailadas: la Charrada Macoterana, la Jota de los mozos, y la Charrada de Peñarandilla. La tarde continuó con tres representantes del Campo Charro, siendo el primero uno de Doñinos, que ofreció una charrada corrida de Alfredo Polo, una jota de Aldeanueva de Figueroa, una charrada brincada y un fandango.
En representación de la comarca de Vitigudino, se contó con unos bailadores de Barruecopardo y Bogajo junto con el emblemático Arcadio de Barreras, el último tamborilero tradicional que queda, como remarcó José Ramón Cid Cebrián. En su paso por el escenario, mostraron un charro, una jota y una charrada. Y para cerrar el paso del Campo Charro, se pudo disfrutar desde La Huebra del Baile de la Rosca, compuesto de dos partes: un charro verdadero y un corrido fandango en torno a una mesa.
A continuación, fue turno para la representación de El Rebollar, con un grupo de Peñaparda encabezado por la tocaera Isabel Ramos, que recibió la Encina Charra en 2016. Así, al ritmo del pandero cuadrado, varios bailadores ofrecieron un charro, una charrada y un fandango, llamados concretamente Acechao, Sorteao, y Corrido y Brincao.
El doble homenaje a Carlos García Medina
El Festival continuó con el siempre relevante momento de la entrega de La Encina Charra a una persona que ha destacado por su trabajo por las tradiciones, que en este caso era más especial, ya que se entregó a uno de los fundadores de la propia Charrada, Carlos García Medina. En lo que respecta a la entrega de este Premio, tras la introducción por parte de José Ramón Cid, tomó la palabra la delegada de Cultura del Consistorio, Beatriz Jorge Carpio, quién destacó del homenajeado que es “una persona que se ha volcado en cuerpo y alma por las tradiciones”, siendo “muy querido por los mirobrigenses”.
El alcalde Marcos Iglesias recordó que Carlos García Medina es pintor, “pero con su pintura ha logrado transmitir lo mejor de sus tradiciones”, añadiendo que es “un enamorado de Ciudad Rodrigo, su comarca y su tradición”. El propio homenajeado indicó que esta distinción le llenaba de “orgullo y satisfacción, porque me siento como la raíz de la encina, arraigado a esta tierra, y las encinas son el emblema de esta tierra”. Como celebración, integrantes de El Botón Charro subieron al escenario (este fue el grupo ‘extra’) para dedicarle un baile.
El homenaje a Carlos García Medina fue doble, ya que además de la escultura de la Encina Charra recibió ‘otro árbol’, en este caso real: un ramo de madroñeras, por parte del grupo llegado de Las Hurdes, quién quiso agradecerle de este modo su trabajo por las tradiciones. La entrega de este ramo llegó al final de la singular intervención de este grupo cacereño, integrado por personas llegadas de 29 pueblos diferentes de Las Hurdes, conformando ‘La Corrobra Hurdana’.
El objetivo con su participación en La Charrada era “traer el Carnaval Hurdano”, según manifestó uno de sus integrantes, quién hizo una férrea reivindicación de su tierra -incluyendo de su forma histórica de vida- en la presentación de las distintas partes de su actuación, que consideró de “confraternidad con el pueblo de Ciudad Rodrigo”. Así, fueron mostrando un pasacalles, el ‘Romance del pájaro verde’, una danza que cantaban los quintos, o una danza del ramo, tras la cual se entregó el mencionado ramo a Carlos García Medina, que se llevó de este modo una nueva larga ovación.
El Festival principal de La Charrada 2023 cerró con la representación llegada de la comarca zamorana de Sayago, compuesta por un tamborilero, Alberto Jambrina, y dos bailadores, que ofrecieron una muestra de baile de varias comarcas zamoranas. Con ellos se dio por concluido el Festival pasados unos minutos de las 20.00 horas, con lo cual el evento alcanzó las tres horas de duración.