La imagen volvió a procesionar llevando en su carroza el Lignum Crucis que se conserva en la Catedral
La intensa jornada del Jueves Santo en Ciudad Rodrigo concluyó con la siempre esperada Procesión del Silencio, en la cual la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración saca a las calles mirobrigenses la histórica imagen que preside durante todo el año el Presbiterio de la Iglesia de San Pedro-San Isidoro, del que fue descendido en la tarde del Martes, momento en que se llevó a cabo una ‘ronda de reverencias’, como sustitución del tradicional Besapiés que se hacía de forma previa a la pandemia.
En la noche del Jueves, el acompañamiento al Cristo del Silencio –que este año ilustra el cartel de la Semana Santa Mirobrigense- volvió a ser multitudinario, tanto por parte de los propios cofrades como del resto de mirobrigenses y forasteros que están disfrutando de estos días en Ciudad Rodrigo, de nuevo con una meteorología muy agradable (aunque evidentemente con unos cuantos grados menos que de día) y con la luna casi llena presidiendo el cielo.
Uno de los principales puntos de congregación de público fue la Plazuela Cristóbal de Castillejo, donde se puso en marcha la procesión, con la progresiva salida de la Iglesia de San Pedro-San Isidoro de los distintos elementos protagonistas de la procesión: las banderas, los tambores, los cofrades con las esquilas, los niños, las 7 Palabras, el incensario y por supuesto el Cristo del Silencio, que no fue llevado ‘directamente’ al lugar desde el que se le introduce en la carroza, sino que se le dio una vuelta a hombros por la Plazuela.
Ese momento de la colocación fue seguido con gran atención, al igual que la posterior introducción en la urna situada en la parte delantera de la carroza del Lignum Crucis, es decir, la reliquia de la Cruz de Cristo que se encuentra en la Catedral de Santa María. Esa reliquia fue acercada por el presidente del Cabildo Catedralicio, Ángel Martín Carballo, quién a continuación, en su calidad de capellán de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, realizó una breve reflexión, antes de dirigir la promesa de silencio entre los cofrades.
Tras ello, se puso en marcha la comitiva, por las calles Colegios, Velayos, Sánchez Arjona, Plaza del Castillo (donde no estaba encendida la iluminación artística del Parador, con lo que el paso por este punto quedó bastante deslucido), Juan Arias, General Pando y Colada para alcanzar la Plaza Mayor, donde de nuevo se congregaron muchísimos mirobrigenses y forasteros. A partir de ahí, la procesión continuó por la Rúa del Sol, Muralla, Campo Frío, Madrid, Plazuela del Conde y Cáceres para alcanzar la Catedral de Santa María, todo ello a un ritmo ligeramente más lento que el año anterior.
La procesión fue abierta un año más por un caballo cuyo jinete porta el estandarte de la Hermandad, seguida de la Cruz de Guía, que ha sido objeto de una intervención tras habérsele detectado carcoma, según se comentó en la Asamblea General que tuvo lugar en la tarde del Martes Santo. Asimismo, esta Hermandad tiene como novedad en este 2023 la renovación de los petos de los encargados de llevar tanto la carroza del Cristo del Silencio como el incensario, quedando ambos depositados en la Seo de cara a la procesión de la tarde del Viernes Santo.