El capellán de la Cofradía, Manolo Peláez, ofreció la habitual reflexión desde la balconada de la Casa Consistorial
La trascendental jornada para la Iglesia Católica del Viernes Santo se inició en Ciudad Rodrigo, tras el rezo de Laudes en la Catedral de Santa María, con la procesión del Santo Encuentro de la Cofradía de Jesús Nazareno, el primero de los tres desfiles procesionales que se desarrollarán a lo largo del día en Miróbriga, cada uno de ellos en una ‘franja’ diferente (por la tarde será turno para la procesión el Santo Entierro, y por la noche, para la procesión de La Soledad).
En una mañana de sol radiante y calor creciente (algo mayor que en la matinal del Jueves Santo), la procesión del Encuentro siguió los cánones habituales. Así, en primer lugar, se puso en marcha en la Iglesia de San Agustín el paso de Jesús Nazareno, escoltado por los romanos, y totalmente recuperado de los desperfectos que sufrió al inicio del verano producto del impacto en sus andas de una plataforma con la que se estaba trabajando en la reparación del techo de la Iglesia.
Este paso, con el acompañamiento de los tres músicos de percusión con los que cuenta este año la Cofradía de Jesús Nazareno, tomó Cristóbal de Castillejo, Campo del Pozo, Enrique Zarandieta y Rúa del Sol para alcanzar la Plaza Mayor. Mientras tanto, por la parte sur del ágora, es decir, por La Colada, hizo acto de presencia el paso de La Dolorosa, que se puso en marcha 20 minutos después que el Nazareno, acompañada por algunos cofrades y especialmente por fieles ‘de paisano’ (incluido varios totalmente de luto). Tras La Dolorosa procesionó el capellán de la Cofradía, Manolo Peláez, que fue dirigiendo varios cánticos y rezos por la Plazuela de San Salvador, Díez Taravilla y La Colada.
Con los dos pasos en la Plaza (donde estaba ejerciendo como narrador Fernando Dias-Bailón), lo primero que ocurrió fue la escenificación a cargo de una niña de la limpieza del rostro de Jesús Nazareno por parte de la Verónica. Tras ello, el Nazareno avanzó unos cuantos metros más hasta encontrarse en el centro del ágora con La Dolorosa. El paso del Nazareno fue girado para que mirase también hacia la fachada de la Casa Consistorial, desde cuya balconada Manolo Peláez hizo una reflexión, que finalizó con unos versos de Santa Teresa de Jesús con motivo del Año Jubilar Teresiano.
Finalizada esta intervención deseando un “feliz día de Viernes Santo en espera de una feliz resurrección”, ambos pasos cogieron la calle Madrid, y a continuación la Plazuela del Conde, la calle Cáceres y la Avenida de Yurramendi, para llegar a la Catedral de Santa María, en cuyas inmediaciones había mucho público. Como es costumbre, a las puertas de la Seo el Nazareno se echó a un lado para permitir que entrase primero La Dolorosa, haciéndole de hecho una reverencia.
La procesión fue más ágil que en años anteriores, tardando en total 1h.40’ (en 2022 se fue a las dos horas de duración). Hay que apuntar que la Cofradía del Nazareno estuvo acompañada por representantes de otras 5 cofradías: Jesús Amigo de los Niños, La Oración del Huerto, Nuestra Señora de las Angustias, El Silencio y La Soledad. En el momento de entrar los pasos con los cofrades del Nazareno, unas cuantas personas más se adentraron en la Catedral para dar una vuelta por la misma.