Miróbriga agita ramos y palmas para recibir a La Borriquilla al ritmo del Reloj Suelto

En una jornada totalmente soleada, pero de temperatura ‘variable’, Ciudad Rodrigo vivió en la mañana del Domingo de Ramos una de las citas más señeras de su Semana Santa (por la cantidad de público que congrega): la procesión de La Borriquilla organizada por la Cofradía de Jesús Amigo de los Niños, que es la única que sale de forma fija de fuera del recinto amurallado mirobrigense, en concreto, de la Parroquia de Santa Marina.

Allí, tras la solemne misa del Domingo de Ramos, se puso en marcha con total puntualidad el desfile procesional, que cruzó el Puente Mayor para alcanzar por la calle Nogales Delicado la Puerta de La Colada. Para poder pasar por la misma, el paso de La Borriquilla tuvo que hacer un parón, para bajar un poco la imagen dentro de su carroza, y al mismo tiempo, quitarle la palma que lucía (que volvió a ser colocada nada más pasar el punto más bajo de la bóveda).

Por la calle Colada se alcanzó la Plaza Mayor, donde esperaba un amplísimo número de mirobrigenses, y donde se dio la bienvenida a La Borriquilla al ritmo del Reloj Suelto. La entrada de la procesión en el ágora fue narrada por el sacerdote Manuel Peláez desde la balconada de la Casa Consistorial, a la que subieron como es tradición el capellán de la Cofradía, Prudencio Manchado, así como varios niños cofrades, para hacer varias peticiones, entre ellas por la salud del Papa Francisco ante sus recientes problemas.

Esos niños que hicieron las peticiones formaron parte de la comitiva procesional, en cuya parte central desfilaron unos 35 niños, tras los cuales había varios más tirados en carritos por sus progenitores. Asimismo, había unos cuantos niños y jóvenes más portando banderas de la Cofradía, tirando de la carroza de La Borriquilla y tocando dentro de la Banda de Cornetas y Tambores de la entidad.

Junto a los cofrades vestidos con las túnicas distintivas, la comitiva que venía del Arrabal del Puente contó con unos cuantos fieles ‘de paisano’ portando ramas de laurel, que fueron agitadas en la Plaza Mayor por indicación de Manuel Peláez, al igual que las palmas que portaban los niños cofrades. Tras esa parada en la Plaza Mayor, la procesión continuó por la calle San Juan, Colegios, Velayos y Sánchez Arjona para volver al ágora, en este caso para cruzarla (de nuevo sonó el Reloj Suelto) hacia Julián Sánchez.

Por esa vía se prosiguió hacia Cardenal Pacheco, para acabar alcanzando el entorno de la Catedral de Santa María rozando las 14.00 horas. En la Plazuela de Herrasti, todos los miembros de la Cofradía se sacaron una gran foto de familia antes de introducir el paso de La Borriquilla por la Puerta de las Cadenas de la Seo, mientras tocaba sus últimos sones la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía.