Lectura musicalizada de las cartas que las mujeres enviaban a Unamuno

“Bajo Pluma de mujer” es un proyecto multidisciplinar con el que la Casa Museo Unamuno y las profesoras de la USAL Maribel Fidalgo y Adriana Paíno nos descubrieron el rico epistolario que las mujeres de la época le enviaron al rector Miguel de Unamuno. Mujeres de toda condición, desde escritoras como la Pardo Bazán o lectoras que se disculpaban por su falta de cultura, se dirigían al escritor con la confianza que da que este las entendería, respondería y alentaría.

No tenemos las respuestas de estas mujeres que escribían a Unamuno, pero la Casa Museo custodia el archivo de esta correspondencia tan especial que Fidalgo y Paíno han estudiado con rigor y hecho público –buena prueba de ello es su esfuerzo por trasladar su trabajo a los centros de enseñanza media- y que ahora, con motivo de la celebración del día de la mujer, muestran en un acto con lecturas musicalizadas. Para ello, junto con Ana Chaguaceda, directora de la Casa, y Marta García Gasco, han elegido algunas de las misivas más representativas para ser leídas por destacadas personalidades de la vida salmantina, que marcan con su presencia la importancia de la celebración del 8 de marzo y la riqueza, infinita, del archivo unamuniano.

Acompañados de la emotiva, espléndida música de las violinistas Karolina Michalska e Isabel Echarri, los lectores y lectoras de las misivas, cuidadosamente elegidas, homenajean a estas mujeres, anónimas y célebres, que hallaron en Unamuno un interlocutor inteligente, comprensivo, atento y dedicado a la respuesta. Cartas cuidadosamente guardadas en el riquísimo archivo del rector y que leen el Rector de la Universidad, Ricardo Rivero, la subdelegada del Gobierno Encarnación Pérez, el profesor Antonio Notario, la teniente alcalde del Ayuntamiento, Ana Suárez, el profesor y pintor Miguel Elías, la Directora de Filmoteca castellano y leonesa, Maite Conesa y el escritor Luis García Jambrina. A ellos se unen la Directora de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Salamanca, Inmaculada Sánchez Barrios, los periodistas Paco Gómez y Pilar Díaz, la representante de Asprodes, Inmaculada Martín Bueno y Pablo de Unamuno, nieto del rector que lee, para finalizar, un texto de su abuelo.

Un acto que descubre, para Ana Chaguaceda, una nueva versión de Unamuno y su relación con las mujeres. Para la Directora de la Casa Museo “La figura de Unamuno no decae, sino que se acrecienta, está más vivo que nunca y nos interesa cada vez más ya sea en su faceta íntima, personal y familiar como en la de hombre público”, una declaración muy sentida que acentúa Chaguaceda con valentía “Las virtudes de honestidad, integridad, valentía, son valores que echamos en falta en los representantes políticos actuales". Los fragmentos del epistolario elegido, muestran, según las organizadoras, el panorama femenino de la época de Unamuno y descubren a mujeres tremendamente modernas, algunas con experiencias sumamente amargas –muy emotiva es la carta de Margarita Ferreras, quien narra su ingreso en un sanatorio mental- que seguro, en palabras de Chaguaceda, conmoverán a los asistentes.

Y así ha sido. Las cartas, cuidadosamente elegidas, muestran la facilidad con la que se dirigían mujeres de toda condición a Unamuno, ya sea para pedirle un favor, como el que Margarita Nelken se atreve a sugerirle, como para comentarle diferentes aspectos del trabajo de cada una, mujeres dispuestas a romper con la costumbre que las limitaba a la casa y al sometimiento. Conmovedor escuchar a las dos violinistas cuya ejecución de diferentes piezas, algunas compuestas por mujeres, ha sido portentosa, como verdaderamente sorprendente conocer a cada una de estas mujeres, introducidas brevemente por las organizadoras antes de que escuchásemos el fragmento elegido, muy representativo, de cada una de las misivas leídas con emoción, ya sea por hombres, como por mujeres, además de ser traducidas al lenguaje de signos. Lo que nos hace esperar que este epistolario se convierta en libro para seguir indagando tanto en las vidas de cada una de ellas como en su relación con un Miguel de Unamuno que imaginamos receptivo y generoso en sus respuestas.

Como generosos son, recuerda Ana Chaguaceda, los miembros de la familia Unamuno. Y más concretamente Pablo Unamuno, cuya generosidad, bonhomía, alegría y entrega amamos quienes tenemos la fortuna de conocerlo y respeta la sociedad salmantina. Es él, de justicia, quien cierra este acto leyendo un fragmento de la conferencia que da su abuelo en Málaga en 1906 donde habla de las mujeres “degradadas a las labores propias de su sexo que impiden el desarrollo de la dignidad humana”. No podía celebrarse de mejor manera el 8 de marzo en la Casa Museo Unamuno pared con pared con el edificio histórico teñido de luz morada, que con las palabras del rector eterno dando por fin su lugar a la mujer de su tiempo, nuestro tiempo, la mujer que le escribía consciente de su comprensión y adelantado entendimiento. El aplauso, sentido, fue inmenso en el salón rectoral.