“Vamos con mucho retraso respecto a otros países de la UE para el fin de los vehículos diésel y gasolina"

El pasado martes el Parlamento Europeo aprobó 2035 como año tope para el fin de los coches de combustible diésel y gasolina. En la votación, tanto el PP como la extrema derecha votaban en contra, pero se imponía la mayoría en la Eurocámara con este resultado: 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones.

El grupo de Los Verdes mostraba su satisfacción y hablaban de un "acuerdo histórico que articula la industria con el clima". Además, argumentan que no acaba el coche de combustión, sino que se reemplaza por el eléctrico.

La nueva norma forma parte del paquete climático que la Unión Europea quiere impulsar esta legislatura para reducir al menos en un 55% las emisiones contaminantes del bloque en el horizonte de 2030 (respecto a 1990) y es la primera medida concreta de la batería de iniciativas que salió adelante.

Ante esto, Sergio Pérez, presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de Automóviles y Talleres (AESAT), explica que, aunque “todavía quedan muchos años para valorar que puede suponer esta medida”, desde el sector la mayor preocupación se encuentra en el estar preparados para reducir el parque automovilístico. “En un periodo de escasamente 12 años, hacer una reducción tan drástica de todo el parque, es muy complicado”, explica Pérez.

Junto a esto, también es clave que las infraestructuras en España avancen. “Vamos con mucho retraso respecto a otros países de la Unión Europea. Por ejemplo, si hablamos de países del norte de Europa, sobre todo de la zona de los países nórdicos, la evolución de la electrificación ha sido espectacular, y aproximadamente cerca de un 40% de su parque son vehículos con 0 emisiones. En España, el mercado de vehículos eléctricos es apenas el 3%”. Una abrumadora diferencia.

En este sentido, para Pérez “el primer paso lógico hubiera sido la renovación del parque, que en España es el más antiguo de Europa. Se ha ido quizás demasiado rápido, y es cierto que ahora mismo para todo el parque de motores de combustión que hay en España, no hay infraestructuras para recargas eléctricas”.

Pero, ¿qué va a suponer esta medida para el futuro? Aunque todavía quedan muchos años hasta que entre en vigor, está claro que “no se van a tener tantos coches como se tiene en la actualidad, veremos a ver si hay otro medio de transporte alternativo como ahora están empezando a proliferar (patinetes, bicicletas eléctricas, etc). Pero evidentemente no va a haber tantos vehículos como hay ahora”.

Algo que el sector va a notar ya que, al bajar las ventas, bajan los ingresos. En ese momento es cuando “hay que reajustar las estructuras, el personal y los recursos que tenemos destinaos a una parte del negocio”, concluye.