El pregonero de la Asociación Charra del Caballo abrió las puertas de su finca de Cabezal Viejo
Rematando seis tardes consecutivas de actividad en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal, el preCarnaval Cultural de Ciudad Rodrigo tuvo en la tarde-noche del sábado su última cita antes del parón que sufrirá hasta el martes, debido a la no realización de los pregones de los Amigos del Alguacilillo y El Porvenir, que solían tener lugar el Domingo y el Lunes de preCarnaval. Esta cita sabatina fue el pregón de la Asociación Charra del Caballo, que como destacó su presidente Ángel López Manzano, es la única entidad que hace ‘triplete’, ya que cuenta con caseta en la Plazuela del Buen Alcalde y con tablao.
Precisamente, por esa Plaza Mayor que está en proceso de convertirse en un coso taurino pasó camino del Teatro Nuevo Fernando Arrabal la comitiva de la Asociación Charra del Caballo, que contó con el acompañamiento, gracias a la colaboración un año más de El Botón Charro de Miróbriga, de varias charras, que subieron a las tablas del Teatro para seguir desde allí el acto, que contó con cuatro piezas audiovisuales dentro del pregón.
El primero en tomar la palabra fue Ángel López Manzano, quién quiso tener un recuerdo, ya que ellos son también caballistas, encerradores y montadores de tablaos, para dos personas fallecidas en el último año: Carlos Martins, fallecido en un encierro en Portugal en septiembre (contribuía al montaje del tablao número 32), y Alberto Iglesias Trigo ‘Riche’, que se encargaba del tablao número 47 y la puerta de la Rúa del Sol.
Tras resaltar que uno de los integrantes de la Asociación, José Alberto Marqués Villarrubia, recibió el viernes la Garrocha de la Plata de la Peña El Caballo, Ángel López Manzano pasó a presentar a su pregonero, Rafael Iribarren ‘Rafa Cruz’, empezando por mencionar a su padre, José Cruz. Precisamente, el pregonero también tuvo muy presente a su progenitor a la hora de relatar su historia, “y la de las personas que llenan mi vida”, según expresó.
El pregón
Con el pregón dividido en seis partes, ‘Rafa Cruz’ dedicó la primera a presentarse, explicando que nació en Bilbao, pero que llegó a Cabezal Viejo hace 32 años para cumplir el sueño de su padre, que “hice mío”, y ahora es “mi manera de vivir”. Dentro de este repaso a “mi vida y sobre todo a mis recuerdos”, evocó los viajes que hacía a estas tierras en verano de la mano de una mujer llamada Santiaga natural de Martín de Yeltes que ayudaba a su madre.
A continuación, recordó cuando, teniendo sólo 5 ó 6 años, llegaban a su casa chavales que querían ser figuras del toreo, que tenían “algo que los diferenciaba del resto de chavales con los que yo me relacionaba; el respeto que había en sus formas y manera de hablar”. En ese momento se proyectó un cortometraje titulado Niño que toreó a la luna en homenaje a los maletillas, “como lo fue mi padre”, que no tuvo suerte en esa faceta, adentrándose en caminos empresariales en varias plazas, además de adquirir en 1991 la finca Cabezal Viejo.
La siguiente parte estuvo dedicada precisamente a dar a conocer, con la ayuda de un vídeo, y con una narración onírica, esa finca, “el lugar que siempre soñé para crear un mundo propio donde el toro bravo fuese el protagonista”. Posteriormente, relató que ya se siente “charro de adopción”, convirtiéndose Miróbriga en su lugar de residencia tras encontrar el amor en Olga, con quién “formamos un equipo”.
Las dos últimas partes del pregón estuvieron dedicadas a recordar la serie Tiempos de Espera que promovieron en YouTube con el estallido de la pandemia: “inventamos la locura, nos metimos a productores de documentales, y se convirtió en una etapa increíble”, siendo “nuestro desahogo, y a la vez nuestra forma de darle vida a nuestra creatividad”, así como “nuestro homenaje al toro, a sus gentes, al campo, a la dehesa, en definitiva a esta nuestra tierra”.
De esa etapa, recordó (emitiendo versiones de esos vídeos) el capítulo que dedicaron a los Sanfermines, con recreación de un encierro incluido en Cabezal Viejo, y el centrado en el Carnaval del Toro, coincidiendo con las fechas del Carnaval que no se pudo celebrar, “como un deber, en gratitud a las gentes de Miróbriga”. Con ese capítulo, “entendí toda la dimensión de estos días, que muchos esperan el resto del año”, concluyendo que “el Carnaval no es sólo una fiesta, es sobre todo un espíritu; es un todo, lleno de piezas que encajan perfectamente”.
A partir de ahí, hizo una descripción de múltiples momentos carnavaleros, de los días en que “se aparcan las dificultades y las diferencias, las calles se convierten en ríos de gente, lugares de encuentro”. Por último, incidió en que “este pueblo se manifiesta orgulloso y muestra la mejor versión de la Tauromaquia”.
Como cierre del acto, volvió a tomar la palabra Ángel López Manzano, para señalar que “hay dos formas de hacer pregones”, desde el teclado del ordenador y desde el corazón, y en este caso “ha sido desde el corazón”, considerando que Rafa Cruz había hecho una intervención que hace que “desde hoy tengas aún más abiertas las puertas de Ciudad Rodrigo”.