Margarita Martín, Virgen consagrada de la Diócesis de Salamanca

La Comisión Episcopal para la Vida Consagrada ha editado unos materiales para facilitar la reflexión con diferentes testimonios. Margarita Martín, virgen consagrada de la Diócesis de Salamanca, escribe una carta explicando sus reflexiones.

Con motivo de la XXVII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, Martín empieza su carta señalando que “ciertamente me ha llenado siempre de tanta fortaleza como necesité en medio de las dificultades del momento. Es que la Palabra de Dios está llena de vida, de fuerza, y de verdad, es muy beneficiosa su escucha”.

Añade que su “vocación al ordo virginum siendo consagrada en él hace ya más de veinticuatro años es un fruto de esa enorme esperanza que albergaba en el corazón -como fruto de la enseñanza de Abrahán- y, claro está, de la inmensa misericordia de Dios que sale al encuentro de su criatura que confía y espera en él.

Continúa diciendo que “ahora ya con la experiencia del sustento por un lado y de la herida por otro, de su amor nupcial, vivo aguardando su llegada como anunciadora de un mundo nuevo según el Espíritu y en constante suplica de su venida: ¡ven, Señor Jesús!. … quiero corresponder a su amor y de él espero la gracia para todo”.

Se despide de su reflexión escribiendo lo siguiente: “¡Le pido cada día en mi oración, pequeñez y pobreza la gracia de ser fiel a su amor!. En el consuelo de la unión con la buena Madre que acompaña, siempre callada, desgrano o canto mi Magníficat de agradecimiento diario”.